
Lo anunció en la presentación de su plan de actividades de 2016 y la CNMV ha presentado ya las primeras conclusiones de su estudio basado en la figura del mistery shopping o "cliente misterioso" sobre la idoneidad de las prácticas comerciales de las entidades a la hora de comercializar productos de inversión.
Las conclusiones son claras y aunque no dan datos concretos sí apuntan a que en casi todas las 450 visitas que han simulado en oficinas bancarias de 20 poblaciones distintas, se han detectado irregularidades de no poca importancia. Y en un 90% de los casos están ligados a la venta de fondos de inversión, todos ellos gestionados además por la gestora ligada al banco, lo que demuestra la poca arquitectura abierta que realizan los bancos en sus negocios de fondos.
Entre las que más se han repetido están las "recomendaciones implícitas verbales no reconocidas como asesoramiento", la utilización de fichas comerciales en lugar del Documentos de Datos Fundamentales para el Inversor (DFI) a la hora de informar sobre un fondo, que incluyen menos información para los partícipes, y las insuficiencias en la información sobre riesgos y costes.
Con respecto a la primera irregularidad, la CNMV incide en la importancia de que el cliente no debe percibir como asesoramiento algo que es en realidad una pura venta que obedece al interés comercial del banco. "Esto viene a confirmar la percepción obtenida por la CNMV en su experiencia supervisora de que en ocasiones se presta un verdadero servicio de asesoramiento sin que el cliente lo advierta con claridad y sin que las propias entidades lo clasifiquen o reconozcan como tal y, en consecuencia, apliquen las reglas propias del mismo". De hecho, el organismo regulador insta a las redes a que formen bien al personal y les inciten a ser muy cuidadosos con las conversaciones que mantienen con los clientes no asesorados.
Pero es que además, en muchos casos, ese falso asesoramiento ni siquiera incluye toda la información necesaria que debe tener un inversor antes de comprar un producto. En concreto, que sea la ficha comercial y no el DFI implica que en muchas ocasiones se omiten datos del funcionamiento del producto y se minimizan hasta presentarlas a pie de página o en letra pequeña las informaciones sobre las advertencias para inversor.
Vender fondos con riesgos de depósitos
Además, el supervisor ha detectado en la mayoría de casos que las informaciones sobre riesgos no se han equilibrado destacando las ventajas del producto lo que, en opinión de la CNMV "supone una presentación poco equilibrada del producto". Y eso cuando el riesgo se corresponde con la realidad ya que según ha detectado la CNMV, en ocasiones en los que el producto es una combinación de depósito y fondo, el riesgo que se aplica al producto es el de depósito o, lo que es lo mismo, el mínimo posible, sin especificar que ese riesgo mínimo es solo para el depósito y no para el fondo que se vende con él.
Ante todas estas irregularidades la CNMV muestra su intención de seguir utilizando en el futuro la herramienta de mistery shopping y asegura que tendrá los resultados de esta prueba "muy en cuenta en las actuaciones de supervisión ordinaria".