
El nuevo presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha generado multitud de opiniones entre las principales mesas de inversión a lo largo del mundo. Sus respaldos hablan de un plan económico que estimulará el gasto y hará repuntar la inflación pero sus detractores critican unas medidas cortoplacistas que acabarán por pasar factura, especialmente en lo que al déficit se refiere.
El próximo inquilino de la Casa Blanca está apoyado por un buen número de empresarios y multimillonarios como Carl Icahn, Peter Thiel o Wilbur Ross, quien se rumorea que puede capitanear el Departamento de Comercio. Donald Trump parece haber rebajado el populismo y optaría ahora por veteranos de Wall Street en su equipo como Steven Mnuchin, (antiguo banquero de Goldman Sachs) y el inversor Wilbur Ross.
En las últimas horas, Trump ha contado con el voto de confianza de Ray Dalio, el fundador de Bridgewater Associates, el hedge fund más importante del mundo. En una carta a sus clientes Dalio dejó claro que el mandatario "no conducirá de forma estúpida y arriesgada a la economía de EEUU a un hoyo". De hecho, su equipo estima que tras su evaluación preliminar en el frente económico, "los actuales acontecimientos son generalmente positivos". En este sentido consideran que los nombres barajados para formar parte del equipo económico "entienden suficientemente cómo funciona la maquinaria económica" como para provocar un desastre.
Cambio a lo Ronald Reagan
En un rápido repaso de las propuestas del presidente electo, Dalio determinó que se intuye "un cambio ideológico profundo" cuya magnitud es análoga al periplo de Ronald Reagan en la presidencia. El fundador de Bridgewaters Associates manifestó que Trump se dirige forzadamente hacia una política que pone la estimulación de las manufacturas tradicionales domésticas por encima de todo.
Este cambio resultará en una menor globalización e interconexión global, políticas de estímulo fiscal agresivas y un mayor crecimiento económico para EEUU, donde habrá más inflación y la rentabilidad de los bonos será más alta.
Una opinión que no comparte Bill Gross, el que fuera considerado el rey de la renta fija durante su periplo en Pimco y quien ahora milita las filas de Janus Capital. En su informe mensual a sus inversores, Gross aventuró que Trump sólo durará cuatro años en el Despacho Oval y que sus propuestas de recortar impuestos e invertir en infraestructuras, lastrarán la actividad económica.
Un zorro cuidando las gallinas
"No existe un nuevo mercado alcista fomentado por Trump", señaló el inversor. "El zorro ha entrado en el gallinero no por su sigilo sino como resultado de la mala interpretación de la clase media de lo que hará al país grande de nuevo", explicó Gross, quien indicó no haber votado ni por Trump ni por su oponente demócrata, Hillary Clinton.
Según justificó Gross, los impuestos más bajos pueden incrementar el crecimiento pero el incremento del déficit que producirán impulsará la inflación, los precios y los tipos de interés, lo que provocará que las empresas tengan que pagar más por sus operaciones e inversiones. Esta situación reducirá sus beneficios al mismo tiempo que las políticas de Trump en materia migratoria o comercial limitarán la actividad económica.
Al mismo tiempo, este inversor adelantó que estas políticas negativas para el crecimiento continuarán expandiéndose en un momento en que el populismo que ha ensalzado a Trump se contagia a otros países.