
Sin ningún nuevo dato macroeconómico que respaldara el movimiento ni ningún rumor que le diera alas, el pasado 7 de octubre la libra esterlina registraba un brusco descenso de más del 3% en su cruce frente al dólar. Una caída que llegó a rondar el 6% en algunos momentos de la sesión y cuyo origen generaba controversia al no quedar esclarecido.
Sin embargo, éste no es un movimiento inusual en el mercado de divisas. En el mercado más líquido del mundo -así es como ha sido calificado en numerosas ocasiones- se han dado en los últimos años muchos casos similares. ¿Por qué?
Según los datos del Banco Internacional de Pagos, de media este mercado mueve 5,1 billones de dólares al día. Pero hay que diferenciar entre volumen de negocio movido en un día y liquidez, que refleja la disponibilidad de los activos en el mercado y la capacidad de un operador para moverlo sin desestabilizar el precio.
"Estamos llegando al final de un año bastante complicado, sobre todo en materia de divisas, donde los gestores de este activo no lo han pasado nada bien para poder obtener rendimientos positivos y a ello hay que sumar el ruido que genera la salida de Reino Unido de la UE", afirman desde Citi para tratar de explicar este último movimiento.
"Todo ello ha favorecido el repunte de esa volatilidad en la que se ha producido el último flash crash (rápida y fuerte caída) de la libra", señala Pedro Servet, responsable de divisas de la entidad.
"El flash crash del viernes pasado da muestras de un mercado que no sólo está a la espera de noticias negativas en el futuro, sino que ahora está preocupado por su capacidad para hacer frente a la creciente volatilidad", señalan desde Afex.
Y no es lo único que influye en estos casos. Estos movimientos tan rápidos están acentuados por la utilización de máquinas a la hora de llevar a cabo las operaciones de compraventa. "Influye todo", apunta el experto.
Cuando las máquinas -más allá de las que operan con algoritmos- meten posiciones de stop loss en mercados con muy poca liquidez -el ultimo flash crash se ha producido en el mercado asiático, con muy poca liquidez- se acentúan mucho este tipo de movimientos. De hecho, la mañana siguiente a esta abrupta caída, la libra recuperó más de un 3% del terreno cedido frente al dólar. "Se trata de movimientos demasiado grandes en un entorno de muy poca liquidez", afima Servet.
En otra dirección apuntan desde Ebury, firma de análisis especializada en divisas. "Estos mercados de divisas dependen cada vez más de los acontecimientos políticos y menos de los económicos", señala Enrique Díaz-Álvarez, director de riesgos de la entidad.
"Es probable que seamos testigos de giros dramáticos en ambas direcciones en el futuro próximo", señalan desde la misma entidad en referencia a la libra, y subrayan "la importancia de contar con una política de cobertura del riesgo de tipo de cambio que resulte apropiada para el contexto actual".