
La bolsa española nunca ha encajado bien un cambio en el signo político tras la celebración de unas elecciones generales. El día después del 26-J es previsible que los inversores se lancen a vender Ibex o, al menos, así lo han hecho en últimos tres cambios de gobierno que ha vivido España y también tras conocer el resultado del reciente 20 de diciembre. Es más, la bolsa sólo ha subido en uno de los siete lunes postelectorales y fue en octubre de 1989, cuando revalidó la Presidencia el socialista Felipe González. Nunca más.
Las últimas encuestas no hacen sino incrementar la incertidumbre con respecto a los posibles pactos que pueda haber tras el 26-J. Con el Partido Popular como primera fuerza política, según los sondeos, Unidos-Podemos lograría el manido sorpasso sobre el PSOE al colocarse como segundo partido político de la Cámara Baja.
"Si el Partido Socialista más Podemos llegasen a la mayoría absoluta y el PP quedara por debajo de los 120 escaños sería un escenario negativo y en el que el mercado podría temer que Pedro Sánchez tuviera la tentación de llegar a un acuerdo para gobernar", asegura Nicolás López, director de análisis de M&G Valores. En todo caso, el experto no cree que el Ibex 35 pudiera caer más de un 5% el próximo lunes, ya que "el Ibex", dice, "tiene una zona de soporte muy clara en el entorno de los 8.000 puntos".
"Todo dependerá del resultado que se pueda alcanzar", reconoce Ángel Pérez, analista de Renta 4, puesto que "al ser unas segundas elecciones no es algo que se pueda comparar con nada anterior".
Al Ibex no le gustan 'los cambios'
El selectivo nacional ha llegado a caer entre un 5,22% y un 3,48% cuando unas elecciones generales han dado como resultado un cambio de titular en La Moncloa. En marzo del año 1996, el popular José María Aznar adelantó en número de diputados a Felipe González, pero los 154 escaños ganados por el PP no eran suficientes para alcanzar el control del Congreso de los Diputados. Aznar pactó con Pujol y éste le ofreció los 16 diputados de CiU. El Pacto del Majestic llevó al PP a la Presidencia, pero antes de que eso ocurriera, la bolsa se desplomó un 5,22% el lunes posterior a los comicios, la mayor caída postelectoral de los últimos años.
El contexto de la cita electoral del 2004 estuvo marcado por los atentados del jueves 11 de marzo. El PSOE reconquistó el poder con José Luis Rodríguez Zapatero en La Moncloa y 164 diputados en el Congreso. El Ibex recogió la amenaza terrorista y el cambio de signo político con un descenso del 4,15%, hasta los 7.699 puntos.
El último cambio de signo político vivido en España fue el protagonizado por Mariano Rajoy en noviembre de 2011. El partido se hizo con el control del Parlamento gracias a sus 186 escaños. El lunes siguiente a los comicios la bolsa cedía un 3,48%, en los 8.021 puntos.
Y así llegamos al 20-D. El resultado electoral obligaba a formar pactos entre los distintos grupos políticos y la bolsa reaccionó a la incertidumbre con una caída del 3,62%, hasta los 9.365 puntos. Desde entonces y hasta ahora, el Ibex 35 ha recortado un 7,5%.
España está en manos extranjeras
La negociación en la bolsa española se ha desplomado en los últimos meses, asemejándose a temporadas estivales. Los inversores han hecho las maletas, aseguran los expertos, debido a la incertidumbre. "En los últimos doce meses, la inversión en mercado español (tanto renta variable como renta fija) sumó en enero 39.400 millones de euros frente a los 62.400 millones del mes anterior y de los 97.500 millones registrados en 2015", reconocen desde BNP Paribas Personal Investors. Esto supone que los inversores extranjeros invirtieron un 60% menos en España que un año antes.
"Puede que haya inversiones que estén a la espera de que haya Gobierno", apunta Daniel Pingarrón, estratega de mercados de IG, dentro de la teoría sostenida por quienes creen que el dinero está esperando a que haya cierta estabilidad política en España.
En este sentido, desde Arcano Patrimonios, califican, incluso, como "peligroso" el hecho de que "más de un 50% de la deuda española se encuentre en manos extranjeras, así como el 40% de la capitalización bursátil". En su opinión, "ver demasiados puños en alto ha provocado que en los países de nuestro entorno apareciese la intranquilidad" respecto al futuro de España.
¿No cala la incertidumbre?
Desde la celebración de las últimas elecciones generales, el 20 de diciembre de 2015, la prima de riesgo española ha subido un 25%, pasando de los anteriores 112 puntos básicos hasta los 143 actuales. Incluso, esta misma semana llegó a superar los 160 puntos básicos. Sube, es cierto, aunque en línea con el resto del riesgo país de la periferia. La prima de riesgo italiana se ha incrementado un 27% y la portuguesa un 57% en el mismo periodo, ésta última afectada por su política interna tras las últimas elecciones.
El bono español a diez años, sin embargo, ha reducido su rentabilidad un 15% desde entonces, cuando superaba el 1,80% hasta encontrarse a las puertas de perder el 1,5% debido a que los inversores están buscando, ante la incertidumbre, refugio en la deuda europea.