
Hace poco menos de dos años, el petróleo se situaba en la cota de los 115 dólares y, desde entonces, ha caído cerca de un 80%, hasta los mínimos marcados en febrero en los 27 dólares. Este escenario no sólo ha lastrado a la materia prima, sino que los mercados también se han visto perjudicados por estos vaivenes. No obstante, el crudo ya está perdiendo su capacidad de influir en los mercados.
Al menos así lo destaca Lukas Daalder, Director de Inversión de Robeco Investment Solutions: "El petróleo ha sido el tema que ha centrado la atención de los mercados financieros desde el primer día del año, pues ha servido de catalizador tanto para el violento desplome de las acciones y los créditos como para la subsiguiente recuperación que ha tenido lugar desde mediados de febrero", afirma.
No obstante, los mercados son ahora mucho más conscientes de los riesgos que rodean a este activo. Nadie podía esperar cuando el crudo coqueteaba con los 100 dólares que un año y siete meses después estaría al borde de los 25 dólares, de ahí el impacto que ha tenido la evolución de la materia prima en otros mercados, ya que la debilidad del precio del petróleo se interpreta como un síntoma de desaceleración económica. Además, aunque tal y como incide Daalder, "es complicado hacer predicciones precisas, todo parece indicar que el mercado ya ha tocado fondo".
"Grosso modo, toda subida o bajada de 1 dólar en el precio del petróleo ha generado una ganancia o pérdida de aproximadamente el 1% en los mercados de valores. El petróleo ha fluctuado en una banda de unos 15 dólares desde que comenzó el año y, consiguientemente, las subidas y bajadas de los mercados de valores se han mantenido dentro del 15%. Pero si tenemos en cuenta los datos históricos, resulta evidente que esta correlación de '1 dólar-1%' está abocada a disiparse de cara al futuro", explica el experto.
A este respecto, la crisis que ha protagonizado el oro negro ha puesto sobre aviso a los mercados de la volatilidad y el bajo precio que puede alcanzar el crudo, por lo que esta situación ha ido perdiendo relevancia en el mercado. Evidentemente, el precio del barril sigue siendo de gran importancia, pero "planteamos la cuestión de si su relevancia va a ser tan decisiva como antes, con independencia de la evolución futura de sus precios", aclara Lukas Daalder.
En este sentido, la tendencia actual del petróleo es de subida. De hecho, en las últimas jornadas el precio se ha recuperado en torno a un 9% al calor de la reunión que tendrá este domingo en Doha, en la que los productores se reunirán para debatir si congelan la producción de crudo, lo que a la larga generará un mayor equilibrio entre la oferta y la demanda, si bien es un proceso que llevará tiempo. Así, mientras el mercado deba asimilar el exceso de oferta que existe, el potencial de subida del crudo también se limitará.
"El resultado más probable es que el petróleo oscile en una banda de precios amplia, con una ligera tendencia al alza respecto de su nivel actual a medida que avance el tiempo. Esta evolución no haría sino confirmar nuestra creencia de que la influencia del petróleo como gran factor de mercado está abocada a diluirse con el paso del tiempo", recalca el Director de Inversión de Robeco.
Otros grandes 'males'
La influencia del petróleo en el mercado no es algo nuevo, ya que otros asuntos también han sido propulsores del pánico inversor. Es el caso de las variaciones que sufrían los mercados de deuda periférica europea, pero "mucho antes de que el Presidente del BCE, Mario Draghi, lanzara su consigna de 'lo que haga falta', los diferenciales de la deuda periférica habían perdido ya su capacidad de hundir los mercados", recuerda Daalder.
Y es que es un hecho que el mundo sigue su camino. "Las empresas anuncian sus resultados, se publican datos económicos, los bancos centrales cambian sus políticas... La economía mundial no se derrumba, la temida debacle no llega a producirse y, de forma lenta pero segura, van apareciendo otras cuestiones que acaparan la atención", dicen desde Robeco.