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El dilema de Draghi: ¿cómo estimular la economía sin castigar a la banca?

  • Rebusca en la caja de herramientas para no seguir dañando a la banca
  • Un tipo negativo escalonado y más compras de bonos son dos opciones
Mario Draghi, presidente del BCE, en rueda de prensa en diciembre. Reuters

Mario Draghi, presidente del BCE, tiene un problema: las medidas de estímulo en las que se ha embarcado, especialmente los tipos de depósito negativos, están haciendo daño a la banca europea. Por eso, dentro de la institución buscan fórmulas para seguir relajando la política monetaria sin dañar más a unas entidades financieras que vuelven a parecer débiles.

A falta de una semana para que anuncie estas medidas, los funcionarios del banco central están debatiendo de forma privada diferentes alternativas, y se han preparado opciones como un tipo de depósito negativo que sea escalonado o técnicas para contrarrestar el impacto en los excesos de liquidez de la banca, según publica Bloomberg citando a fuentes cercanas a las discusiones. Estos trabajos, en cualquier caso, podrían ser rechazados por el Consejo de Gobierno, que se reúne el próximo jueves 10 de marzo.

Y es que en el seno de la institución monetaria hay una gran preocupación sobre la rentabilidad de la banca, especialmente si se recorta más el tipo de depósito. Si cae mucho, la medida podría tener un efecto contrario al buscado, es decir, que contraiga más el crédito en lugar de estimularlo. Mientras tanto la inflación sigue sin arrancar y la economía europea tampoco consigue recuperarse con vigor de las consecuencias de la crisis financiera.

Suavizar el tipo negativo

Ante esta situación, está sobre la mesa un sistema que penalice el dinero que la banca aparca en el BCE de manera nivelada. Así, el tipo negativo de depósito, actualmente en el -0,3%, se recortaría más todavía, aunque solo a una parte de los fondos que las entidades dejen en el banco central. Hay que recordar que ahora mismo dejar ese exceso de liquidez en manos de Draghi le cuesta dinero, ese 0,3% en el que está situado el tipo de depósito.

Una opción sería poner un límite en un múltiplo de las reservas requeridas y, a partir de una determinada cantidad de liquidez, que los bancos reciban un interés del 0,05%, que es actualmente el tipo de interés general del BCE. Es decir, la banca pagaría por parte del dinero aparcado y al mismo tiempo recibiría dinero por otra parte de esa liquidez.

Esta medida no sería novedosa, ya que otros bancos centrales que también tienen los tipos en terreno negativo, como el Banco Nacional de Suiza, ya la aplican. Además, sería relativamente simple de implementar, lo que le hace ganar puntos, explican las fuentes. De momento, los inversores descuentan que el BCE bajará este tipo 10 puntos básicos más, hasta el -0,4%.

Ampliar el programa de estímulos

El problema que tiene la banca es que es difícil trasladar este coste extra a los clientes, ante el miedo a que los clientes retiren sus ahorros. Aunque el tipo negativo lleva operando en la Eurozona desde mediados de 2014, hasta ahora el BCE no ha tomado ninguna medida directa para intentar contrarrestar este efecto negativo en los bancos. Mientras, los bancos europeos han sido los protagonistas negativos de los desplomes bursátiles de comienzos de este año, desplomes que han liderado.

"Somos conscientes del problema", aseguraba ayer Benoit Coeuré, miembro del comité ejecutivo del banco central. "Estamos monitorizándolo de manera regular y estamos estudiando de forma cuidadosa los mecanismos utilizados en otras jurisdicciones para mitigar las posibles consecuencias adversas".

Otra medida directa que podría tomar el BCE es ampliar directamente la compra de bonos bajo su programa de estímulo. Actualmente situada en 60.000 millones mensuales y con la promesa de estar en vigor hasta al menos marzo de 2017, implica un total de 1,5 billones de estímulo que podrían ser ampliados.

El problema de este QE es que genera enormes cantidades de liquidez que deben ser aparcadas en algún sitio. Esto, junto a las megasubastas de liquidez condicionadas (el denominado programa TLTROs) que ha realizado, ha provocado que actualmente haya un exceso de liquidez de más de 700.000 millones de euros en la Eurozona, frente a menos de 150.000 millones de hace un año, cuando comenzó el programa de compra de bonos.

Penalizar este exceso, como hace la tasa de depósito negativa, supone un gran coste para los bancos de la Eurozona. Y ahora el BCE tiene que encontrar la cuadratura del círculo.

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