
Si los inversores europeos quieren evaluar el grado de pesimismo actual en el mercado, pueden fijarse en un dato: la última vez que las bolsas estuvieron en niveles tan bajos, la región acababa de sufrir su recesión más larga y los beneficios empresariales caían por tercer año consecutivo.
Y es que a pesar de que hay señales de que la economía mejora, los osos no han dejado de castigar al EuroStoxx 50, que encabeza el desplome mundial, que se mueve actualmente en mínimos desde septiembre de 2013. Las preocupaciones van desde el precio del petróleo al estado de la banca italiana, ponen en duda la recuperación del continente y las bolsas europeas se muestran incapaces de atraer a los cazadores de gangas a pesar de que cotizan con el mayor descuento en un año respecto a las acciones estadounidenses.
"Hay una gran desconexión entre la realidad y la percepción", explica Luca Paolini, estratega jefe de Pictet Asset Management. "Europa está en un mercado bajista en un momento en el que tiene quantitative easing, valoraciones atractivas, resultados empresariales que mejoran y una economía en recuperación".
Cambio radical de sentimiento
El pesimismo actual está muy lejos del sentimiento a comienzos de año. Los estrategas preveían un 2016 con rally hacia nuevos máximos en Europa, y los operadores se lanzaron a ello. Dos semanas después, el mercado comenzó a rebajar sus expectativas, aunque las apuestas daban todavía un avance del 10% anual para el EuroStoxx 50.
Lo que ha pasado desde entonces es un agravamiento de la caída del petróleo, una mayor preocupación sobre la ralentización de China y una creciente desconfianza sobre la banca europea, que lidera los descensos. Deutsche Bank, el mayor banco alemán y que ha registrado las primeras pérdidas desde 2008, se ha desplomado a mínimos, mientras que el italiano Monte dei Paschi se ha hundido un 58% mientras busca comprador para intentar mejorar su balance.
Ahora mismo, ni la expectativa de que el Banco Central Europeo (BCE) dé un paso al frente y anuncie más medidas sirve para que se recobre la confianza en unos mercados que caen cerca de un 30% desde sus máximos de abril. Y aunque el EuroStoxx 50 ronda unos niveles que los analistas técnicos consideran de sobreventa, ningún rebote ha durado más de un par de días. Al cierre de ayer, el índice de referencia europeo cotizaba con un PER estimado de 12,2 veces, un 20% por debajo del que cotiza el S&P 500 estadounidense.
Mejores perspectivas que hace tres años
Todo ello está ocurriendo un momento en el que los datos macro pintan mucho mejor que hace tres años. Los economistas esperan un crecimiento de la Eurozona del 1,6% en 2016 tras haberlo hecho un 1,5% el año pasado, mientras que en 2013 el PIB de la región se contrajo un 0,3%. Al mismo tiempo, los analistas calculan un incremento de los beneficios empresariales del 4,6% en 2016 y el euro está un 15% por debajo del nivel al que estaba frente al dólar la última vez que las bolsas europeas estaban tan bajas.
Con todo, el desplome global ya se ha llevado por delante alrededor de 6,8 billones de dólares de los mercados en lo que va de año, y los gestores de fondo están huyendo de los activos de mayor riesgo, cada vez más refugiados en la liquidez, que está en su nivel más alto desde 2009, según una encuesta de Bank of America. Tan solo el 8% de los gestores esperaba una mejora de la economía global en los próximos 12 meses, la visión más pesimistas desde 2012.
Aunque el desplome bursátil es en todo el mundo, las acciones europeas se están llevando la peor parte. Siete de los diez peores mercados son de Europa Occidental, incluida una caída del 16% del Dax alemán y un desplome del 23% del FTSE MIB italiano. Mientras, la bolsa de Atenas cerró ayer en mínimos desde 1990 y el Ibex 35 español ha cedido alrededor del 15%.
"El sentimiento bajista está cerca de niveles extremos. Los mercados parecen sobrevendidos a corto plazo, por lo que para inversores a largo plazo puede funcionar. Tienes que estar preparado para buscar buenas oportunidades y tomar posiciones en los momentos de debilidad", recomienda David Hussey, jefe de mercados europeos en Manulife Asset Management.