
El comienzo del año para el mercado europeo ha sido realmente complicado, con las principales plazas del Viejo Continente cayendo en torno a un 10%. Pero lo peor podría estar por llegar. Según explican desde Barclays, en 14 ocasiones la renta variable de la región ha sufrido un retroceso similar al vivido en los últimos meses y siete de estas, el 50%, han estado asociadas a una recesión en Estados Unidos, "con mediocres retornos posteriores".
Sin embargo, no todo son noticias negativas, ya que, según recuerdan desde el banco británico, "el resto de las veces, las acciones se recuperaron fuertemente, apuntándose ganancias del 18% durante los doce meses posteriores". En estos casos, los retornos a tres meses alcanzaron el 7% y a medio año alcanzaron el 10%.
Con las caídas experimentadas por el mercado, las valoraciones de las distintas compañías se han vuelto más atractivas y los analistas creen que estas tienen recorrido, pero al mismo tiempo están deteriorando sus previsiones de beneficio: las perspectivas de las firmas del Stoxx 600 han retrocedido un 7,4% en los últimos tres meses.
Aún así, en Barclays creen que el mercado todavía no está descontando una recesión. "Los descensos en las previsiones en las últimas tres grandes ciclos recesivos globales ha estado en torno al 40", señalan desde la entidad. Del mismo modo, apuntan que "un escenario como este supondría una caída del 33% en las perspectivas de ganancias".
En este contexto, los analistas del banco creen que en el peor caso aún hay un riesgo de caída del 20%.
A pesar de estas advertencias, los signos de una posible recesión en Estados Unidos son limitados. "Nuestro trabajo sugiere que los datos sobre el mercado laboral, el inmobiliario y el consumo muestras pocas señales de una economía dirigiéndose a la recesión", señalan desde el banco, si bien apuntan que "donde hay más síntomas de una economía encaminándose a la misma es en la industria".
Aún así, desde Barclays recuerdan que el peso de los sectores defensivos en Europa ha alcanzado máximos de los últimos 40 años "lo que sugiere que los inversores podrían haber abrazado ya el riesgo de una recesión".