
A pesar del rebote de este viernes, la renta variable europea aún vive un momento complicado, pero los expertos advierten de que el actual no es el peor escenario posible. Desde UBS creen que la peor situación política posible podría llevar al Stoxx 600 a sufrir una caída de más del 25% desde los precios actuales, hasta los 250 puntos.
Y es que aunque esta jornada la bolsa esté animada por las medidas de estímulo del Banco de Japón, todavía sufre un retroceso importante en lo que va de año castigado por la incertidumbre que se ha propagado por las dudas sobre el crecimiento de la segunda economía mundial, China; y por el desplome de los precios del petróleo.
Desde el banco suizo explican que los principales riesgos que penden sobre el panorama político europeo es una posible salida del Reino Unido de la Unión Europea ('Brexit') -las encuestas cada vez muestran más apoyos a favor del abandono de la unión-, anuncios de planes fiscales de los países periféricos o del BCE sobre la adecuación de capital de la banca italiana. En cualquier caso, advierten de que "el rango de shocks políticos es muy amplio y de movimiento lento" y recuerdan que hay más elecciones clave en 2017 y nuevos capítulos de la crisis migratoria.
En caso de que este escenario tuviese lugar, los analistas de UBS creen que el bono alemán tendría un comportamiento positivo en comparación con la deuda francesa, italiana y española. Asimismo, el oro actuaría como refugio: alcanzaría un precio de 1.225 dólares, lo que supone un recorrido del 10% desde los niveles actuales.
El caso base
En cualquier caso, el caso principal de la entidad helvética es mucho más optimista: las estimaciones de los analistas de la firma sitúan al selectivo europeo en los 435 puntos, lo que supondría un ascenso de casi el 28%. Del mismo modo, ven el selectivo de referencia estadounidense, el S&P 500, en los 2.275 puntos, es decir, podría subir un 20%.
Además, en el banco se han olvidado de la paridad, a pesar de la divergencia en las políticas monetarias. En su escenario base el euro se apreciaría hasta los 1,16 dólares por moneda única, y solo llegaría a la paridad si la subida de tipos de la Reserva Federal fuese notablemente agresiva debido a que hubiese sorpresas positivas en la inflación.