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Los gigantes asiáticos: la India frente a China

Desde tiempos de los romanos hasta comienzos del siglo XIX, China y la India representaban al menos la mitad de la producción económica mundial. Esta proporción cayó drásticamente en los siglos XIX y XX, cuando la Revolución Industrial provocó un rápido crecimiento y desarrollo de occidente. En los últimos treinta años aproximadamente, China y la India han iniciado un ascenso que ha representado su resurgimiento como potencias mundiales.

Por otra parte, los actuales indicadores económicos sugieren que es posible que la India supere finalmente a China para convertirse en la economía más importante del mundo. Al analizar algunos de los fundamentales de cada país, tiene sentido que las previsiones aseguren que la India podría ser ligeramente más fuerte que su "titánico homólogo".

Volando alto

La magnitud del crecimiento de China y, en menor medida, de la India no tiene precedentes. Para 2025 se espera que China sea la economía más importante del mundo, superando a los Estados Unidos, mientras que la India será la tercera, superando a Japón. En estos momentos la economía China cuadruplica a la de la India; sin embargo, por primera vez se espera que su crecimiento supere al de China este año.

Los desafíos de China

China ha demostrado una gran solidez en proyectos que requieren una significativa inversión, incluyendo las inversiones en infraestructuras e inmobiliarias. Sin embargo, la actividad ha sido demasiado intensa. Ahora al menos la mitad de la deuda china se atribuye al sector inmobiliario, un sector que ya no requiere unos niveles de inversión tan elevados.

El mercado de los inmuebles residenciales chinos está saturado y la aparición de «ciudades fantasma», donde hay calles y calles de viviendas desocupadas, alcanza niveles sin precedentes. La demanda ya no es un problema -el exceso de oferta sí- y las promotoras que acumulan unos elevados niveles de endeudamiento están recurriendo a obsequios y otros complementos para atraer a los compradores. Es probable que otros sectores también experimenten una caída de la demanda, como por ejemplo el del automóvil.

Los exportadores chinos continuarán afrontando dificultades debido al aumento de los salarios, la apreciación del yuan, el aumento de la estructura de costes del sector manufacturero y la ralentización de los mercados en occidente.

Otro problema para China es el envejecimiento de la población. Está previsto que la población activa del país caiga un 0,5% anual de aquí a 2030 y que el envejecimiento de la población incremente la necesidad de ayudas estatales en el futuro.

Nuevas carreteras de seda y la globalización del yuan

Por el lado positivo, China ha abierto nuevas rutas comerciales en los últimos años, asociándose a otras regiones cercanas. A pesar de que esto supone un paso adelante, todavía quedan preguntas pendientes como quién financiará las inversiones y qué rentabilidades se obtendrán.

El yuan podría convertirse perfectamente en una divisa de reserva global en el futuro, lo que supone una fuerte evolución económica para el país. Sin embargo, probablemente todavía queden unos años para que la influencia del yuan sea suficiente como para competir con el dólar.

Control centralizado

Una cuestión fundamental para China es la gran centralización del poder del Gobierno. El liderazgo jerárquico chino a menudo no ha sido capaz de materializar en acciones locales los objetivos políticos de alto nivel. Un ejemplo es la contaminación, que ya representa la principal preocupación de sus ciudadanos. A pesar de la preocupación de los líderes chinos, el país no ha avanzado mucho en la aplicación de políticas orientadas a limpiar su atmósfera.Es posible que el autoritario gobierno chino haya permitido su rápido ascenso, pero es posible que exista un obstáculo en el futuro ahora que el país ha alcanzado el estatuto de renta media.

El país dispone de virtudes fundamentales, concretamente una elevada tasa de ahorro, grandes inversiones en investigación y desarrollo, así como la presencia de instituciones sólidas que pueden ayudar al país a escapar de la trampa de la renta media. Es probable que el crecimiento del país se ralentice y que el aumento del consumo solamente lo compense parcialmente. Por último, la innovación será muy importante para que China conserve su potencial de crecimiento.

La India: ¿tigre o elefante?

Con respecto a la India, el crecimiento ha comenzado a repuntar con el gobierno de Modi, tras un periodo de debilidad. Sin embargo, los inversores deben preguntarse si este repunte será duradero. O más bien si la India se debería ver con un ágil tigre o como un pesado elefante. 

Esto dependerá en gran medida de la forma en la que la India afronte uno de sus principales problemas estructurales: la debilidad de la base industrial. En 2013 el sector manufacturero de la India representaba solamente el 13% del producto interior bruto (PIB), una cifra muy baja, especialmente si se compara con el 32% de China. El objetivo del gobierno de Modi consiste en incrementar la aportación al PIB de la manufactura hasta el 25% para comienzos de la década de los 20 es un signo prometedor, pero si Modi no logra afrontar los problemas de infraestructura y fabril del país, la India se estancará.

Por el lado positivo, el dividendo demográfico del país desempeñará un papel fundamental en el crecimiento futuro del país, particularmente porque la educación y el alfabetismo aumentan a un ritmo rápido. En 2010 la edad media era de 25,1 años, frente a los 34,5 años de China y los 36,9 de los Estados Unidos.

La modificación de la India

El hombre que dirige la historia del crecimiento indio se llama Narendra Modi y sus diversas políticas han recibido los elogios de los economistas. Conservar al firme gobernador del banco central, Raghuram Rajan, mantener el compromiso de la consolidación fiscal, fomentar la inversión directa extranjera y simplificar el sistema fiscal son pasos positivos. Modi tiene previsto facilitar los negocios y reducir la corrupción, que históricamente ha representado un importante problema en la India.

En una de sus acciones más atrevidas, Modi ha anunciado que tiene previsto reducir las competencias del banco central a la hora de fijar los tipos de interés. Sin embargo, tal vez su iniciativa más importante sea su campaña «Make in India», que pretende atraer a las empresas extranjeras para que fabriquen e inviertan en el país. Esta será una parte fundamental de la estrategia de Modi para expandir la base industrial del país. 

La India afrontará desafíos. Uno de los principales es la Ley de Adquisición de Tierras, que cuenta con el respaldo del partido de Modi -a favor de las empresas- y con la resistencia del partido de la oposición en el Congreso -a favor de las explotaciones agrícolas-, que permitirá la ampliación de la red de carreteras y otras infraestructuras necesarias. 

El tigre frente al panda

Los datos del Banco Mundial demuestran que la economía india se parece mucho a la de China en 2001, en especial por lo que respecta a las cifras del PIB y las exportaciones, por lo que todos los signos apuntan en la dirección correcta para que la India imite el éxito de China y, según el Banco Mundial, lo supere para 2017.

La demografía y la democracia serán fundamentales, tanto para el éxito de la India como para el estancamiento de China en los próximos años. La población activa china se contrajo por tercer año consecutivo en 2015, mientras que la India tiene una demografía muy a su favor, con una población activa que se incrementará en 125 millones en la próxima década.

Por otra parte, el panorama macroeconómico actual favorece particularmente a las empresas indias. Los ideales democráticos arraigados en la India han generado una mayor transparencia y un mejor gobierno corporativo en las empresas indias, a diferencia de sus homólogos chinos. Esto no quiere decir que en la India no haya corrupción, pero en caso de que los esfuerzos de Modi den sus frutos los motivos que justifican la inversión en empresas indias serán todavía más sólidos. Sin embargo, en China varias empresas se han declarado en mora este año, incluyendo la primera suspensión de pagos de una empresa de titularidad pública en el mes de abril.

La libertad para competir económicamente, el fuerte crecimiento de la población, la inversión en infraestructuras y la reforma política convertirán a la India en una potencia económica a tener en cuenta en los próximos año. Las señales se pueden observar desde ya.

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