Desde que Repsol adquirió la canadiense Talisman a finales del año pasado la incertidumbre ha rodeado a la compañía, ya que a la caída sufrida por los precios del petróleo se le ha unido la falta de un plan estratégico en el que se desvelasen las líneas maestras del nuevo grupo durante los próximos años. Así, en 2015 cede un 22%, frente a la cotización plana del sector Oil & Gas en Europa.
Finalmente, el jueves 15 de octubre la petrolera presentará su plan estratégico para el periodo 2016-2020. En este contexto, los expertos esperan que la empresa crezca los dos próximos años a un ritmo del 15% anual.
El consenso prevé que en 2015 el beneficio bruto de explotación (ebitda) roce los 5.000 millones, en línea con el objetivo fijado por la compañía, situado entre los 5.000 millones y los 5.500 millones. De este modo, los analistas se conformarán con que en 2017 su ebitda se quede en 6.700 millones, lo que podría permitirle mejorar su consejo, que entre 2010 y 2013 fue el mejor entre las grandes del Ibex, pero que este año se ha deteriorado y ha llegado a ser una venta, si bien ahora es un mantener.
Uno de los puntos alrededor de los que girará el plan será la reducción de los costes y las desinversiones. Los expertos esperan una revisión al alza del objetivo de ventas sobre los 1.000 millones ya alcanzados. Felipe López-Gálvez, de Self Bank, cree que el plan "estará claramente orientado a la reducción de costes". "Tras las últimas desinversiones, faltan por identificar 1.500-2.000 millones adicionales no ligados al crudo", explican desde el Sabadell.
"Creemos que un nuevo programa de desinversión será anunciado con un incremento de los objetivos para llevar la ratio deuda/ebitda por debajo de las 2 veces en 2017", apuntan desde Jef-feries. Con la compra de Talismán, se ha convertido en la firma más apalancada entre las grandes petroleras de Europa.
Los analistas esperan que en 2015 su ratio deuda/ebitda se sitúe las 3,1 veces, frente a la media de 1,1 del sector; y que en 2017 esta ratio caiga hasta las 2,3. Natalia Aguirre, de Renta 4, cree que se producirá "una optimización de la cartera y que las desinversiones serán en activos no estratégicos".
Sonia Ruiz de Garibay, de Beka Finance, considera que la preferencia de la firma a la hora de desinvertir será "buscar activos midstream (transporte y almacenamiento), o incluso algún campo en regiones donde haya un solapamiento con Talisman, como pueden ser Colombia o Argelia".
Los expertos descartan una venta de su participación del 30 % en Gas Natural o, al menos, una parte relevante. Mientras CaixaBank no deshaga posiciones en Repsol, parece difícil que ésta vaya a colocar parte de su paquete en la gasista. Así, Aguirre considera que es "improbable a corto plazo" y "la última opción".
Por su parte, en el Sabadell creen que "hay que descartar" esta opción, ya que "no sería fácil por el carácter estratégico de esta participación a los ojos del Ministerio de Industria". Además, cabe recordar que cotiza con un PER (veces que se recoge el beneficio en el precio de la acción) más bajo que sus competidoras, de 12,6 veces, frente a las 16,2 de Iberdrola y las 17,5 de Endesa.
Uno de los problemas a los que se enfrentó Repsol después de la compra de Talisman fue una previsión de precios del Brent muy superior, incluso en su caso más estresado, a los que se han visto los últimos meses -lo situaba en 2015 en los 62,5 dólares, frente a los 51,5 actuales-. Ahora, fuentes del mercado apuntan a que el escenario que analizará Repsol será con el precio del crudo en torno a los 50 dólares.
Otra de las claves será un recorte de la inversión en bienes de capital (capex). Desde Morgan Stanley creen que si los precios del crudo se mantienen entre 50 y 60 dólares, el capex caerá hasta los 3.900 millones en 2017, frente a los 5.000 millones esperados en 2015.
No tocará el dividendo
Una de las preocupaciones que se habían instalado en el mercado era un posible cambio en su retribución. Así, varias casas de análisis no descartan que se produzca un recorte en el dividendo. Sin embargo, fuentes del mercado aseguran que no está entre los planes de la firma cambiar su política de retribución y que seguirá abonando 1 euro a través del scrip dividend.
Durante el primer pago de 2015, la aceptación del pago en acciones fue del 65 %. En el Sabadell recuerdan que recortar el dividendo "no resuelve" el problema de deuda de la firma al ser en scrip, ya que "un recorte del 50 % ahorraría menos de 200 millones". "Creemos que, probablemente, Repsol reiterará su compromiso con el dividendo actual. Si la directiva es capaz de proporcionar un plan creíble y detallado para hacer crecer su flujo libre de caja al nivel de sus pagos en un periodo razonable vemos una subida potencial en las acciones", explica Morgan Stanley.