
Los recursos básicos no levantan cabeza. Desde el inicio de la crisis financiera, las materias primas han perdido el interés del mercado y han retrocedido con fuerza, cediendo gran parte de lo que subieron durante el llamado superciclo -entre finales de la década de los 90, hasta la llegada de la crisis, el precio de los principales recursos se revalorizó con fuerza-.
En 2015, el índice Bloomberg Commodity Index -cesta que recoge las principales materias primas que cotizan en el parqué- pierde más de un 7,3%, encadenando además su quinto año consecutivo de descensos. En 2014 cayó un 17%, el mayor deterioro del selectivo desde el desplome que sufrió en 2008, cuando perdió casi un 37%.
El último catalizador que ha llevado a las materias primas a descender hasta mínimos de 13 años -el índice perdió este lunes los 97 puntos por primera vez desde el 12 de junio del 2002- tiene un nombre propio: la subida de tipos de la Reserva Federal.
Y es que la posibilidad de que la entidad lleve a cabo este movimiento antes de que finalice este año 2015 cada vez gana más peso. Las últimas declaraciones que hizo Janet Yellen, presidenta de la Fed, así lo reflejan: destacó que los buenos datos macroeconómicos que se están publicando en Estados Unidos apuntan a que el movimiento se llevará a cabo este año, algo que está generando atractivo en el dólar estadounidense: el índice dólar sube un 8,5% en 2015 y desde los mínimos de 2014 se revaloriza un 24%. Esta fortaleza del dólar está deteriorando el interés del mercado por los recursos básicos. No hay que olvidar que estos activos cotizan todos en dólares, lo que hace que los inversores que lo compran en otras divisas pierdan rentabilidad cuando la moneda estadounidense se revaloriza. Así, como se puede apreciar en el gráfico, cuando el dólar sube, las materias sufren.
El oro, el gran perjudicado
Además de la fortaleza del dólar, hay que tener en cuenta que el metal precioso puede estar siendo descartado por los inversores por otro motivo principal: su condición de activo refugio. Se trata de un recurso básico que suele subir en momentos de incertidumbre económica. De esta forma, la subida de tipos tiene un papel doble en la cotización del metal, ya que el incremento del precio del dinero por parte de la Fed también refleja que la opinión de la entidad es que la situación de la primera economía del mundo es suficientemente sólida.
Esta puede ser una de las causas que ha llevado al precio del oro a caer este lunes por octava sesión consecutiva, un 2,4% aproximadamente, hasta mínimos no vistos desde el año 2010
La cuesta abajo en el precio del oro comenzó en 2013. Tras 12 años consecutivos revalorizándose, ese año cayó un 28%, cerrando el año con el descenso más pronunciado que experimentó desde 1981. El anuncio de la Reserva Federal que tuvo lugar ese ejercicio, de que terminaría en 2014 con su programa de estímulos monetarios -QE- fue el principio del fin: en 2014 su precio cayó un 1,5% y en 2015 ya cede más de un 6, con lo que en este momento cotiza en el entorno de los 1.106 dólares por onza. Por su parte, la plata pierde más de un 5%, hasta los 14,7 dólares por onza.
El crudo arrastra al índice
Uno de los grandes responsables del descenso del Bloomberg Commodity Index es el petróleo. La noticia no es nueva: sobra oferta y todo apunta a que continuará siendo así, mientras la OPEP sigue negándose a recortar la producción y la demanda de oro negro tiene problemas para avanzar.
Tras un año 2014 en el que el barril Brent perdió un 56,6% y el West Texas un 50,1, en lo que va de 2015 el barril europeo cede en torno a un 1% y el estadounidense casi un 6%. Además del efecto divisa y el lastre que supone un dólar fuerte para el precio del petróleo, el acuerdo de las grandes potencias con Irán puede desbloquear otro millón de barriles que se lanzarán al mercado si se levantan las sanciones, algo que contribuirá a ampliar la sobreproducción en este mercado. Ahora, el barril Brent se mantiene en torno a los 56 dólares mientras el West Texas cotiza en 50 dólares, aproximadamente.