
El Tesoro alemán ha captado hoy 3.280 millones de euros en bonos con vencimiento en 2020, por los que ha abonado una rentabilidad media de -0,08%. Es la primera vez que Alemania coloca deuda con los tipos de interés en negativo en esta referencia, un hito que Finlandia inauguró este mismo mes.
En concreto, fue el pasado 4 de febrero cuando el país nórdico se convertía en el primero de la región del euro en vender deuda a tan largo plazo, al adjudicar 1.000 millones de euros con un rendimiento medio del -0,017%.
El caso de Alemania y Finlandia son los más recientes, pero no los únicos. De hecho, ayer España obtuvo financiación prácticamente gratuita también por primera vez en su historia. El Tesoro Público logró vender a las entidades 447 millones de euros en letras a 3 meses con una rentabilidad media del 0,001%, un mínimo sin precedentes. En la anterior subasta similar, celebrada el pasado 27 de enero, pagó el 0,018%.
La mano del BCE
Y es que, aunque ya se movían en terreno reducido desde hace meses, los intereses de los bonos soberanos de los países de la zona euro han estado cayendo desde que el Banco Central (BCE) anunció el pasado 22 de enero su plan de compra de activos. "El QE ha impactado con fuerza en las curvas de rendimiento en las últimas semanas, haciendo que los tipos bajen a niveles históricos, incluso aunque el movimiento ya empezó el pasado año", explica Anu Sammallahti, la subdirectora del Tesoro finlandés.
La situación ha desembocado en que, en Europa, haya hasta diez países que tienen la rentabilidad nominal de su deuda en negativo, es decir, que los inversores pagan a estos Estados para que guarden su dinero. Esto ha provocado que haya más de 4 billones de bonos que ofrecen rentabilidades negativas en el mercado secundario. "El BCE ha empujado los diferenciales muy abajo y está llevando los intereses a negativo", indica a Bloomberg un analista del Nordea Bank.
El BCE estrenará el próximo mes de marzo su programa de compra de activos públicos y privados, con grado de inversión, emitidos por gobiernos, agencias e instituciones europeas en el mercado secundario. El plan, por valor de 60.000 millones mensuales, mantendrá su vigencia hasta septiembre de 2016, por lo que el programa podría alcanzar un total de 1,14 billones de euros.