Bolsa, mercados y cotizaciones

Un pobre IPC del 0,7% es la coartada de Draghi para no actuar hasta junio

  • Los expertos no esperan cambios en la política del BCE este jueves
  • Creen que el próximo mes será el elegido para aplicar nuevos estímulos

Super Mario ha vuelto a ponerse la capa de superhéroe, en esta ocasión por su acierto a la hora de realizar previsiones. En la última reunión del Banco Central Europeo (BCE), su presidente, Mario Draghi, explicó que la inflación volvería a subir en abril, por lo que la entidad esperaría antes de adoptar más estímulos monetarios. Matthew Lynn: Cómo forzará el BCE la caída monetaria.

Aunque su predicción era más fácil en esta ocasión, debido al efecto calendario de la Semana Santa (el año pasado cayó en marzo y este en abril), no es menos cierto que ha acertado y ahora tiene un escenario diferente ante sí.

Las presiones para que la entidad adoptase alguna medida extra eran notables en marzo, después de conocer que el IPC de la Eurozona se contraía al 0,5%, mínimo desde noviembre de 2009. La situación hoy es distinta, como adelantó el banquero central italiano: el dato adelantado de los precios indicó un avance del 0,7% interanual en abril, una senda de recuperación que podría posponer cualquier decisión de la institución.

La banca de inversión cree que Draghi se guardará su próximo movimiento hasta el próximo mes. La encuesta de abril (la última elaborada por Bloomberg) a las casas de análisis reflejó que la previsión mayoritaria, con un 50% de las respuestas, es que el BCE moverá ficha el 5 de junio. De hecho, la opinión casi unánime de las casas de análisis es que la entidad mantendrá este jueves los tipos de interés y la tasa de depósitos en el mínimo histórico del 0,25 y del 0%, respectivamente.

¿No será el jueves?

Al margen de la opinión de los expertos, hay un buen puñado de indicadores macroeconómicos y de sentimiento del mercado que invitan a pensar que realmente Draghi pospondrá cualquier decisión sobre la política monetaria.

El protagonismo indudable recae sobre la evolución de los precios, ya que es el principal mandato de la entidad: mantener la inflación en el medio plazo cerca, pero por debajo, del 2 %. El tímido avance del IPC hasta el 0,7% en abril desde el 0,5% marcado en marzo es sólo uno de los motivos que encuentra Draghi para descartar el riesgo de deflación.

El segundo es el comportamiento del IPC subyacente, indicador que no contabiliza los precios de la energía ni de los alimentos frescos, de modo que se eliminan las dos partidas más volátiles del índice y que, además, son las que están debilitando la inflación mundial. En abril volvió a subir hasta el 1%, lo que refleja que la tendencia central de los precios se mantiene al alza en la zona euro.

La evolución del euro también es una variable que vigila de cerca el BCE en los últimos meses ante la apreciación de la moneda común. "Seguiremos de cerca el tipo de cambio", reconoció Draghi, ya que es un pilar fundamental de la evolución de los precios. La presión alcista sobre la divisa europea se redujo el viernes gracias a los sorprendentes buenos datos de empleo que consiguió EEUU en abril y que apreciaron al dólar. Un euro en 1,385 todavía está en niveles cómodos para el BCE, por lo que tampoco es un motivo mayor para que Draghi mueva ficha el jueves.

La opinión de la banca queda reflejada en la evolución del Euribor y del Eonia. El Euribor indica el tipo de interés promedio al que las entidades están dispuestas a prestar capitales y tiene varias referencias de periodos, mientras que el Eonia es el tipo de interés medio de las operaciones a un día realizadas en el interbancario. Ambos indicadores (en el caso del Euribor, el más utilizado es el de 12 meses) han marcado recientemente máximos desde 2013 y 2011, respectivamente. En épocas en las que las entidades esperan un recorte de los tipos de interés oficiales, estos indicadores se mueven a la baja, sin embargo, ahora están al alza, lo que muestra que la banca no parece esperar una rebaja del precio del dinero.

¿Qué opciones tiene?

En la última reunión de la entidad, Draghi mostró que en el Consejo de Gobierno hay "unanimidad en usar también las medidas no convencionales que estén en línea con nuestro mandato, si es necesario", pero, ¿cuáles son las opciones reales que baraja la entidad?

La herramienta más agresiva que puede adoptar es un programa de compra de activos, ya sean títulos del sistema financiero o bonos soberanos. Sin embargo, esta opción parece más remota después de que el lunes Draghi se reuniese en privado con diputados alemanes para reconocer que esta medida no es ni probable ni inminente, según publicó Bloomberg.

La encuesta de abril que elabora la agencia reflejó que la opción que ven más posible los expertos es la de extender las operaciones de préstamos a la banca a largo plazo (LTRO, por sus siglas en inglés). Una medida de política monetaria que ya ha empleado el BCE en dos ocasiones (diciembre de 2011 y febrero de 2012), pero que ha mostrado tener poco impacto en la evolución de los precios y muchos expertos dudan de que tenga una influencia notable en el crédito.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky