
El Banco Central Europeo (BCE) ha cumplido los pronósticos y ha decidido rebajar los tipos de interés un cuarto de punto, hasta situarlos en el 0,5%, nuevo mínimo histórico. Además, ha ampliado la barra de liquidez al menos hasta julio de 2014 y ha prometido ayudar al crédito de las pymes, pero sin detalles. La mayor sorpresa llegó al anunciar que el BCE estaba abierto a imponer un tipo negativo a la facilidad de depósito, lo que ha provocado una fuerte caída del euro.
El BCE informó de que el consejo de gobierno, reunido en Bratislava, también decidió reducir la tasa de interés de la facilidad marginal de crédito, a la que presta el dinero a un día, en medio punto, hasta el 1%. No obstante, el BCE mantuvo la facilidad de depósito, a la que remunera el dinero, en el 0%.
En rueda de prensa, Draghi insistió en que las presiones inflacionistas están bajas y ha reconocido que "el débil sentimiento económico se ha extendido hasta primavera". Por ello, ha explicado que la reducción de tipos de interés debería apoyar la reactivación económica y ha prometido mantendrá la política acomodaticia cuanto tiempo sea necesario.
Amplía la barra de liquidez
Además, Draghi ha anunciado nueva medidas y un "número de decisiones" para reforzar la liquidez y el crédito, aunque apenas ha adelantado nada nuevo ni concreto.
Como medida a destacar, ha anunciado que amplía la barra libre de liquidez para la banca (subastas a tipo fijo con adjudicación completa introducidas en 2008) al menos hasta el próximo 8 de julio de 2014. La medida ha llegado con un mes de antelación, ya que hasta ahora vencía en julio, por lo que lo normal es que lo hubiera hecho público en junio.
"La combinación de ambas medidas, constituye algo muy importante", aseguró Draghi al referirse a la decisión de matener la barra libre de liquidez del BCE y al recorte en los tipos de interés, lo que, a su juicio, acaba con la posibilidad de que las entidades no presten alegando dificultades para acceder a liquidez.
Consenso... y ¿tipos negativos?
"El consenso que prevaleció fue de bajar sólo 25 puntos básicos", dijo el banquero italiano al ser preguntado si la decisión fue tomada por unanimidad. Aunque no dio detalles, parece claro que hubo quien se opuso, pero también miembros que querían mayores bajadas. "Observamos los datos de cerca y estamos listos para actuar si es necesario", aseguró el presidente del BCE, que sugirió que podría haber más rebajas de tipos o incluso otras medidas.
Sin embargo, la verdadera sopresa llegó cuando el presidente del BCE apuntó que la entidad está lista técnicamente para rebajar a terreno negativo la tasa de depósito, aunque puntualizó que aprecia riesgos involuntarios ligados a esta medida.
Más en detalle sobre los tipos de los depósitos (el dinero que el BCE paga a la banca por aparcar su dinero allí), Draghi dijo que la institución tenía la "mente abierta a un posible tipo negativo". Es decir, si tomara esta medida más adelante cobraría a la banca por dejar el dinero en la institución, lo que en teoría debería animar a los bancos a dar más crédito. Este comentario ha provocado una fuerte caída del euro.
Ayuda sin concretar a las pymes
Además, ha habido un guiño para las pymes, algo que se esperaba, pero se ha quedado corto. Draghi ha anunciado que se iniciarán negociaciones con instituciones europeas para impulsar el crédito y ha hablado de la titulización de los créditos de pequeñas y medianas empresas, pero no ha habido medidas concretas. Eso sí, el presidente ha reconocido que los bancos son reacios a prestar dinero a las pymes.
Draghi se ha referido en concreto al mercado de bonos ABS (asset backed securities), aunque ha descartado que el BCE esté dispuesto a comprar activos al estilo de la Reserva Federal o el Banco de Inglaterra. El que sí que parece que tendrá un papel será el Banco Europeo de Inversiones (BEI), aunque no ha dado más detalles de las negociaciones.
En cuanto a las previsiones de futuro, el presidente del BCE insistió en que los riesgos para la economía siguen a la baja, aunque la actividad debería estabilizarse y la recuperación debería llegar gradualmente en la segunda mitad del año.
No obstante, Draghi volvió a instar a los gobiernos a cumplir su papel y aplicar las reformas estructurales necesarias, puesto que el BCE "no puede reemplazar a los gobiernos" en este sentido, como tampoco puede limpiar los balances de los bancos o refinanciar gobiernos con la compra de bonos. También ha pedido que se siga avanzando en la unión bancaria.
Crítica a las subidas de impuestos
Mario Draghi también ha criticado la decisión adoptada por varios gobiernos de la eurozona de afrontar la necesaria consolidación de sus finanzas mediante subidas de impuestos más que por recortes del gasto y reformas estructurales, ya que representa apostar "por el camino más fácil" a pesar de los efectos contractivos de estas medidas.
"Los gobiernos, apremiados por la emergencia, toman el camino más fácil de subir los impuestos", señaló el banquero italiano, quien subrayó que la presión fiscal en la Eurozona ya es elevada, y subir los impuestos tiene "efectos contractivos".
En este sentido, el presidente del BCE admitió que, si bien la consolidación fiscal puede lastrar el crecimiento en el corto plazo, apostar por reducir el gasto más que por subir impuestos puede servir para mitigar este impacto.
Asimismo, el banquero italiano destacó la importancia de ganarse una credibilidad fiscal ante los mercados, puesto que los países mñas creíbles disfrutan de menores intereses en su deuda soberana.
Los comentarios de Merkel
Sobre los recientes comentarios de la canciller alemana, Angela Merkel, que había dicho que su país necesitaría más una subida de tipos que una bajada, Draghi señaló que se ha exagerado la importancia de esos comentarios. "No creo que su comentario fue hecho para influir sobre el consejo de Gobierno (del BCE)", manifestó Draghi.
"Quería decir que existen diferentes situaciones en la zona euro, que los ciclos de los negocios no son los mismos, que no están sincronizados", aseguró el italiano.
"Las medidas de política monetaria pueden beneficiar a unos más que a otros. Creemos que esta decisión (de hoy) beneficia a todos, también a los (países) fuertes", concluyó el presidente del BCE.