
El Banco Central Europeo (BCE) está preparado para cortar la financiación de Chipre y dejar que la isla mediterránea sucumba al colapso financiero si es preciso, ya que confía en su capacidad ilimitada para proteger al resto de la Eurozona.
Chipre empujó ayer al bloque hacia aguas desconocidas tras rechazar la propuesta de quita en los depósitos bancarios como condiciones para el rescate de 10.000 millones de euros por parte de la UE.
Sin esta ayuda, cuya mayor parte iría dirigida a recapitalizar a la banca chipriota, el BCE asegura que las entidades serán insolventes, y el regulador requiere que los bancos sean solventes para que reciban ayuda bancaria. Denegada la ayuda, Chipre quedaría sola mirando hacia el abismo.
Unas herramientas limitadas por Alemania
Para el resto de la Eurozona, el BCE tiene una serie de herramientas a su disposición para evitar el contagio, con la compra de bonos y las ofertas ilimitadas de liquidez a la cabeza. Sin embargo, el presidente del BCE, Mario Draghi, tiene su capacidad para crear nuevas herramientas constreñida por la resistencia de Alemania.
El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, se opuso al plan de compra de bonos de Draghi ya que lo ve simplemente como financiación de Estados, aunque es más abierto en principio a medidas de financiación como las denomindas LTRO que el BCE utilizó el año pasado para inyectar 1 billón de euros de dinero barato en la banca.
Por todo ello es probable que el BCE no necesite idear nuevas medidas de crisis antes incluso de que despliegue las ya existentes y trabaje junto a los gobiernos de la Eurozona para asegurar los depósitos bancarios.
"El riesgo de contagio es un pánico bancario en otros países", aseguró Andrew Bosomworth, gestor de carteras senior en PIMCO, el mayor fondo de bonos del mundo. "La intervención verbal del BCE y los gobiernos puede ayudar, como con un compromiso de que los depósitos son sagrados. Operativamente, eso significa también mantener los cajeros automáticos llenos".
Apoyar a los depositantes con medidas
Draghi calmó a los mercados el pasado julio al prometer que "dentro de su mandato, el BCE está listo para hacer lo que sea necesario para preservar el euro". Luego respaldó esas declaraciones desvelando un plan para comprar bonos de países si se cumplían ciertas condiciones.
Ahora, un mensaje que tranquilice a los depositantes necesita ser apoyado con esfuerzos que aseguren que el sistema financiero esté lubricado apropiadamente. El BCE ya está ofreciendo a los bancos liquidez ilimitada con créditos de hasta tres meses, y se reserva la opción de dar más financiación a un plazo más largo con otra operación a 3 años como las del año pasado.
En un comunicado emitido el martes a última hora, el banco central subrayó su posición: "El BCE reafirma su compromiso para dar tanta liquidez como sea necesario bajo las normas existentes". Además, Draghi ha desplegado a sus asistentes para tranquilizar a los depositantes. Joerg Asmussen, miembro de la entidad, ha dicho que ningún otro país de la Eurozona tiene un sector bancario como el de Chipre.
Gilles Moec, eocnomista del Deutsche Bank, ha asegurado que el compromiso del BCE, combinado con las palabras de Asmussen, muestra que la entidad está dispuesta a apoyar a los bancos sanos del resto de la Eurozona. "Entrelíneas nos dice que 'reafirmamos que no podemos financiar un banco que es insolvente'. También se puede leer así: 'mientras un banco sea solvente, seguiremos dando liquidez'", explicó el economista.
Tener los cajeros llenos por si acaso
Hasta ahora no hay signos de que los clientes bancarios se estén preocupando en otros lugares de la Eurozona, algo que sería parte del peor escenario para posible que también incluiría un repunte de las primas de riesgo.
Para evitar un pánico bancario, los bancos centrales de la Eurozona debe asegurarse de que haya billetes disponibles en los cajeros, aunque tanto el BCE como los miembros de la Eurozona siguen esperando que haya un acuerdo para un rescate de Chipre y un escenario de este estilo no acontezca.
En el caso de una subida del rendimiento de los bonos, el BCE podría utilizar su programa de compra de bonos, el denominado OMT, para comprar cantidades potencialmente ilimitadas de bonos de un país y reducir sus costes de financiación. El truco es que primero el país debe acordar un plan de reformas y medidas de austeridad. El caso de Chipre ha mostrado cuan difícil puede ser acordar un programa de este estilo.
"Incluso si el principio de la OMT está todavía ahí y es válido, todo el drama sobre Chipre podría recordar a la gente que el listón para entrar en la OMT está de hecho más alto de lo que probablemente pensaban", dijo Moec.
El BCE se apunta a la línea dura
Enfatizando que está preparado para dar liquidez "bajo las normas existentes", el BCE se está mostrando firme y el banco central muestra que no está preparado para inclinarse por Chipre.
Mientras el consejo de Gobierno se juntaba para la reunión de mitad de mes hoy miércoles, Asmussen presionó a Chipre para que acordara un plan: "Podemos dar liquidez de emergencia solo a bancos solventes... y la solvencia de los bancos chipriotas no puede ser asumida si no se acuerda un programa pronto, lo que permitiría una rápida recapitalización del sector bancario".
Con los bonos soberanos chipriotas inelegibles para su uso como colateral en las operaciones de refinanciación del BCE por su bajo rating, el banco central de Chipre está dando a su banca actualmente liquidez bajo el programa denominada ELA (Emergency Liquidity Assistance).
Estos préstamos de emergencias son de más fácil acceso, pero el consejo de Gobierno del BCE debe aprobar su uso. Revisa la elegibilidad de los bancos cada dos semanas y necesita una mayoría de dos tercios para frenar el flujo de estos fondos.
"Si realmente es necesario, la Eurozona probablemente elegiría dejar a la pequeña Chipre irse y centrarse en contener los daños en vez de suavizar las condiciones hasta un extremo que provocara que países mucho más grandes se vieran con fuerza suficiente como para rechazar sus propios acuerdos de rescate", concluyó Holger Schmieding, de Berenberg Bank.