
Las negociaciones entre dirigentes europeos sobre la reducción de la deuda griega plantean interrogantes y temores sobre el desencadenamiento de los pagos de los CDS (Credit Default Swaps). ¿En que casos las aseguradoras tendrían que hacer frente a las indemnizaciones? ¿Cuál sería el impacto en el caso de Grecia?
Los CDS son similares a una póliza de seguros que toma un inversor para cubrirse del riesgo de impago por parte de un emisor de deuda, que sea un país o una empresa. La idea es que el titular de un bono pueda protegerse contra la eventualidad de una bancarrota o un impago.
Pero eso significa que si el mecanismo se pone en marcha, los vendedores de CDS -es decir las aseguradoras y los bancos- sufrirían nuevas pérdidas.
La clave: una quita consentida
Una quita de 50% del valor de las obligaciones del Tesoro griego, cifra manejada en la cumbre europea del domingo pasado, no desencadenaría ese temido mecanismo, a condición de que sea consentida por los acreedores, según la asociación que determina si una operación de deducción de deuda es equiparable a un cese de pagos (o default).
Lo determinante "es realmente el carácter voluntario u obligatorio del canje de títulos y no la magnitud de la deducción", explica un portavoz de la International Swaps and Derivatives Association (ISDA).
En el caso de Grecia, los CDS están a niveles estratosféricos, por encima de los 5.000 puntos básicos, lo cual significa que una póliza para asegurarse contra una deuda de 10 millones de dólares a 5 años cuesta 5 millones de dólares por año. En comparación, los CDS de Alemania se sitúan en 90 puntos básicos y los de Francia en 190.
Mecanismo que los pone en marcha
La indemnización de los titulares de CDS, en base al valor del seguro suscrito, se pone en marcha en función de una declaración de acontecimiento de crédito.
En el caso de los Estados, un acontecimiento de crédito se desencadena en tres circunstancias: incapacidad de pagar una deuda en plazo; cuestionamiento por parte del deudor de la validez de sus compromisos con sus acreedores; y reestructuración de deuda (modificación unilateral por parte del deudor de las condiciones del préstamo).
Los países europeos quieren obtener una quita del 50% al 60% de la deuda griega, sobre una base voluntaria, en vez del 21% consentido ya en el segundo programa de rescate de Grecia aprobado el pasado 21 de julio. Pero según una fuente diplomática europea, los bancos se dicen dispuestos a sacrificar un máximo de 40% del valor de los títulos en sus manos.
De todos modos, "con semejante nivel de pérdidas, será difícil hablar de canje voluntario de deuda por parte de los inversores privados", advierten los economistas del corredor Aurel BGC.
El impacto del pago
El ISDA relativiza el impacto potencial de una activación de CDS en el caso de Grecia, pues estos totalizarían unos 3.740 millones de dólares, cifra muy inferior al valor total de la deuda griega, de 350.000 millones de euros.
Así y todo, los CDS se negocian en un mercado bastante opaco, pues se trata de contratos directos entre operadores. Las autoridades regulatorias y los gobiernos los acusan de haber agravado la crisis actual.
La Unión Europea alcanzó la semana pasada un acuerdo para prohibir los "CDS al descubierto", un instrumento altamente especulativo mediante el cual los inversores compran pólizas de títulos que no poseen, lo cual les permite embolsarse el seguro sin haber contraído riesgos.