
Como en todas las grandes desgracias, también hay quien sale ganando. En el caso nipón, las empresas del sector de la construcción acaparan el foco de atención, pues podrá recoger parte del gasto público que se emplee para reconstruir la reconstrucción del país.
Quizá le suene la frase "El aleteo de una mariposa en Londres puede desatar una tormenta en Hong-Kong". Se denomina efecto mariposa a la teoría que afirma que cualquier mínima alteración del statu quo puede provocar variaciones imprevisibles. El seísmo de 8,9 grados en la escala de Richter que se produjo el viernes ha llevado al extremo, puesto que la serie de catástrofes que ha traído consigo ha llevado a las autoridades japonesas a hablar de la peor crisis que vive el país desde la II Guerra Mundial. Todos estos efectos ya están dejando huella en una economía, la japonesa, ya dañada de por sí.
Esta misma afirmación es aplicable a lo que ocurre en el Nikkei 225, el principal índice de referencia nipón. Las primeras réplicas bursátiles del terremoto se dejaron notar en el último tramo de la sesión: en sólo un cuarto de hora, el indicador cedió en torno al 1 por ciento. Los futuros del del Nikkei mostraban pérdidas de alrededor del 2 por ciento en cuanto vuelva a abrirse el mercado, según informaciones recogidas por Bloomberg, Y efectivamente, pese a la inyección récord del Banco de Japón 15 billones de yenes (unos 130.000 millones de euros, junto con las medidas que tomó el Gobierno para evitar la especulación, el Nikkei se desplomó algo más del 6% y el Topix (el índice de valores japoneses de capitalización media), un 7,5%
Pero, como en todas las grandes desgracias, también hay quien sale ganando. En el caso nipón, lo más obvio es pensar en el sector de la construcción, pues podrá recoger parte del gasto público que se emplee para reconstruir un país que se precia de poseer los edificios más resistentes del planeta. Incluso los más escépticos lo ven así: "Las consecuencias puramente económicas serán modestas: algo de reconstrucción, algo más de gasto gubernamental", explicó a la agencia Bloomberg Charles de Vaulx, analista de la firma Vaule Advisers LLC.
De hecho, las constructoras han sido las únicas que han plantado cara al principal índice de la bolsa de Tokio. Hasta seis compañías han registrado subidas de doble dígito, siendo la más alcista la firma Kajima, que además lideró al Nikkei al dispararse en torno a un 22 por ciento, hasta los 292 yenes. Tanto esta compañía como Taiheiyo (dedicada a materiales de construcción como el cemento), Taisei y Daiwa House han marcado máximos en 52 semanas.
Al margen de la catástrofe, lo cierto es que la mayoría de las principales constructoras que operan en la bolsa de Tokio muestran una evolución claramente superior al de su índice de referencia. Daito Trust Construction, la segunda por tamaño, es la que mejor se comporta, al acumular un avance cercano al 20 por ciento en el año mientras que el Nikkei apenas acaba de ponerse en positivo, pues ofrece una rentabilidad del 0,25 por ciento en 2011. Sólo una compañía del grupo cerró el viernes a la baja, Panasonic Electric Works.
Otro dato refleja el buen momento de la construcción en Japón es que el consenso de mercado ha sacado del consejo de venta a Shimizu Corp, la única de las grandes que estaba en el farolillo rojo. Hoy, esta compañía se ha anotado una subida del 11% al cierre de la sesión asiática.