
Los bancos centrales mundiales, que están haciendo acopio de reservas hasta llegar a niveles récord, están ignorando cada vez más el dólar en favor del euro y del yen, lo que añade presión a la moneda estadounidense, que lleva la peor caída bitrimestral en al menos 20 años.
En concreto, en el último trimestre los bancos centrales incrementaron sus reservas de divisas extranjeras en 413.000 millones de dólares, la mayor cantidad desde 2003, hasta alcanzar un total de 7,3 billones, según los datos recopilados por Bloomberg.
Según los datos de Barclays Capital que recoge la agencia estadounidense, el 63% de estas nuevas reservas en el segundo trimestre habrían sido en euros y yenes. Este es el mayor porcentaje de la historia en cualquier trimestre en el que las reservas de divisas mundiales se incrementaran en cantidades superiores a los 80.000 millones de dólares.
La polémica respecto al dólar está centrando la atención, y diversos líderes mundiales están pidiendo su abandono como moneda de reserva mundial, mientras que al administración de Obama, pese a su retórica a favor de un dólar fuerte, no hace nada para evitar su caída, que favorece a sus exportaciones y le ayuda a recuperarse, aunque corre el riesgo de que sus acreedores dejen de financiarle.
"Los bancos centrales mundiales se están poniendo más serios con el tema de la diversificación, cuando en el pasado tan sólo hablaban de ello", explicó Steven Englandes, antiguo investigador de la Reserva Federal y que actualmente es estratega jefe de divisas en Barclays. "Realmente parece que están abandonando el dólar".
El porcentaje del dólar del 37% de las nuevas reservas contrasta con la media del 63% desde 1999. Englander concluye además que en el tercer trimestre la tendencia se está "acelerando". En una entrevista, el estratega sostiene que "en los próximos dos meses, las fuerzas seguirán ahí", refiriéndose a la diversificación de los bancos centrales.
"La diversificación se acelerará", aseguró a Bloomberg Fabrizio Fiorini, gestor en Aletti Gestielle. "La gente está comprando euros no porque quieran esa moneda, si no porque se quieren deshacer del dólar. A largo plazo, Estados Unidos no será el mismo país poderosos que una vez fue", añadió.
Sin embargo, Christoph Kind, de Frankfurt Trust, cree que estos movimientos de los bancos centrales cambiarán una vez que la Fed comience a subir los tipos de interés. "Si hay un cambio en la política monetaria de EEUU, habrá un cambio de percepción respecto al dólar como moneda de reserva. La diversificación tiene más que ver con la reducción de los riesgos de contrcentración que con una visión negativa de EEUU o su moneda", explicó Kind.
Recuerdos del 95
El sentimiento actual frente al dólar recuerda a John Taylor, presidente del hedge fund FX Concepts, al de mediados de los 90. Entonces, la divisa estadounidense se hundió hasta los 79,75 yenes, el nivel más bajo desde la Segunda Guerra Mundial, por el miedo a que la Fed no elevara los tipos lo suficientemente rápido como para contener la inflación. Como ocure ahora, la especulación sobre la diversificación de los bancos centrales y la caída del dólar creció.
Sin embargo, el billete verde consiguió ganar un 26% frente al yen y un 25% frente al marco alemán en los siguientes dos años gracias al incremento de la productividad de EEUU y la revolución tecnolófica. En 1995 fue la última vez que el Tesoro intervino en los mercados de divisas.
"A la gente no le gustaba el dólar en 1995", dijo Taylor. "Eso fue muy estúpido y finalmente un error. Ahora estamos llegando a un punto en el que la actitud de la gente frente al dólar es ridíclamente negativa".
La media de los 40 economistas y estrategas consultados por Bloomberg espera que el dólar se mantenga en la zona de los 1,47 dólares por euro, mientras que esperan que llegue a los 92 yenes frente a los poco más de 90 actuales.