
Este sábado EEUU lanzó en primera persona una operación militar contra las instalaciones nucleares de Irán. Este último paso llevó al parlamento persa a votar para dar vía libre al Ejecutivo del país para un eventual cierre total del estrecho de Ormuz. Las tensiones están en máximos y pocas veces en los últimos años se recuerda una escalada mayor. Sin embargo, los mercados permanecen en relativa calma, tanto los petroleros como los de renta variable.
Detrás de esta reacción tibia está el recuerdo del fuego de Oriente Medio, en constante ebullición, sumado a que los analistas todavía ven lejano un choque de mayor nivel. Sin embargo, una referencia clave es la historia. Los eventos geopolíticos siempre han tenido un impacto clave y los analistas están rastreando el pasado en busca de una explicación a los movimientos del presente. En ese sentido la gran similitud que se aprecia es la Primera Guerra del Golfo.
Un ejemplo de esto lo puso sobre la mesa la gestora, Muzinich. Esta ha realizado una comparación con grandes 'shocks, desde la crisis de los Misiles de Cuba hasta la actualidad, pasando por el impeachment de Clinton y la invasión de Irak. Sin embargo, señala, el evento con más similitudes "es la Primera Guerra del Golfo cuando la invasión Iraquí de Kuwait eliminó del mercado un volumen significativo de petróleo que llevó a una caída de casi el 15,9% en una tensa caída de 50 días. En los seis días de conflicto puro en los mercados fue solo del 5,7%.
Si bien parece el escenario más parecido para los analistas señalan que empezaría a ser parecido con ese conflicto cuando "Irán e Israel apunten a infraestructura crítica o el tránsito a través del Estrecho de Ormuz". Dos frentes que "se han mantenido en gran medida estables". En cualquier caso, el recuerdo de aquel conflicto sigue todavía vivo en la región a muy pocos kilómetros y con una trascendencia mayor. Una escalada podría llevar los mercados a lugares comparables.
El impacto de la guerra del Golfo en los precios del crudo
La primera guerra del Golfo comenzó tras la invasión por parte de Iraq a su vecino Kuwait, un conflicto que se produjo en agosto de 1990. Según los datos que publica Bloomberg, la invasión de Iraq no deterioró la producción de petróleo de Kuwait, ya que esta se mantuvo en torno a los 1,5 millones de barriles diarios que venía produciendo el país desde finales del año anterior.
Sin embargo, ya desde el comienzo de la invasión sí hubo un impacto en la producción de crudo de Iraq, que pasó de producir 3,28 millones de barriles en julio de 1990, a 450.000 barriles diarios en el mes de septiembre. Sin embargo, el desplome final se produjo meses más tarde, cuando una coalición internacional liderada por Estados Unidos intervino militarmente en el país.
Fue entonces cuando, tanto la producción de Kuwait, como la de Iraq, se hundieron a mínimos, con Iraq manteniendo apenas 75.000 barriles diarios de producción en marzo de 1991, y Kuwait borrando por completo toda su oferta de petróleo en ese mismo mes.
De este modo, la guerra borró del mapa cerca de 5 millones de barriles, sólo entre los dos países directamente involucrados, en un momento en el que la oferta mundial de petróleo era de unos 75 millones de barriles diarios. Así, el estallido de la guerra borró del mapa rápidamente casi un 7% de la producción mundial de crudo, y eliminar esa cantidad de crudo de la ecuación disparó los precios del barril más del 100% en poco tiempo, un reflejo de la importancia que tiene para los precios la posibilidad de que haya un deterioro de oferta de este tipo.
Eso sí, también hay que recordar que la recuperación de los precios previos no tardó mucho en llegar, lo cual demuestra que, en muchos casos, los conflictos bélicos no han deteriorado la oferta de crudo mundial de forma prolongada. Si en septiembre de 1990 los precios del crudo tocaron máximos en Europa, en febrero ya habían vuelto a la normalidad previa a la guerra.
Ahora, los precios del crudo dependen de que el conflicto actual termine sin grandes cambios en la producción en la región.
Así se vivió en bolsa… y resuena con Irán
Al igual que entonces, el conflicto ha generado reacciones en el mercado, La operación 'León Ascendente' con la que Israel inició el conflicto con una andanada de bombardeos en la madrugada del 13 de junio se ha saldado solo con una caída del 0,95% para el S&P 500. Más pronunciado ha sido el descenso para EuroStoxx 50, superando el 3,3%. Sin embargo, en ningún caso se trata de un colapso generalizado en ninguna de las bolsas.
¿Qué pasará ahora? Siguiendo el ejemplo de la primera guerra que involucró a Saddan Hussein, cuando Irak invadió Kuwait pasaron solo cinco días y el S&P 500 ya se había desmoronado un 5,6%. A partir de entonces un lento y continuo descenso entre agosto y octubre que acabó con unas caídas totales del 15,94%. No hubo un descalabro, sino una continua presión bajista que golpeó la inversión.

Sin embargo, todo cambió con la operación Tormenta del Desierto. EEUU y sus aliados entraron en Irak e iniciaban una ofensiva clara. El resultado era un evidente repunte de las acciones del 3,7% en un solo día y del 17% en las semanas posteriores, gracias a un rápido conflicto. Al igual que entonces se comparten muchos elementos de aquellos días. Una ruta clave del petróleo acorralada por la guerra y una escalada de tensiones (con la retirada de sus barriles del mercado).
En ese sentido los analistas creen que, incluso de una forma menos determinante, el factor Irán podría suponer un lastre para las bolsas mientras se está en una escalada hasta la resolución del conflicto por la vía que sea. Ya sea por una invasión o la retirada diplomática de una de las dos partes. El bloqueo del estrecho de Ormuz sería una de las fuentes de presión más importantes que todavía no se ha ejecutado. Sería si Irán diera este paso cuando se activase algo más de pánico.
Lance Roberts, analista de RIA, explica en un reciente informe que los mercados todavía hacen un balance positivo entre un rally tras el Día de la Liberación y la presión de Oriente Medio. Los expertos de la firma creen que el conflicto acabará siendo el factor que actúe como faro para los vendedores ante un mercado "sobrecomprado" tras esta última racha. "Aunque moderada, la reacción bursátil de este conflicto ha seguido el mismo patrón que en los otros shocks geopolíticos en la región".
- "Una rápida revalorización del riesgo"
- Giro hacia sectores defensivos
- Eventual estabilización tras recalibrar expectativas.
Según el experto la referencia también es la Guerra del Golfo dado que es un caso más reciente. "En aquel entonces se produjeron breves correcciones con los activos refugios disparándose al principio, pero con rebotes posteriores". En ese sentido señala que "si bien es indudable el riesgo de que el actual conflicto entre Irán e Israel se agrave, la historia sugiere que esas probabilidades son relativamente bajas y que, en los próximos 12 meses, cualquier impacto a corto plazo probablemente generará oportunidades de inversión".