Atención, centro de operaciones. Nos acercamos al objetivo. Preparamos tren de aterrizaje. La nave Canadá culminó ayer su viaje al planeta tipos de interés cero, donde le esperaban otras tres aeronaves, las de Estados Unidos, Japón y Suiza. Este cuarteto, que tiene en común que todas ellas tienen el precio oficial del dinero por debajo del 1%, podría convertirse mañana en un quinteto, porque Inglaterra podría seguir su estela.
Quien ya ha tomado tierra ha sido Canadá, después de que ayer rebajara los tipos medio punto, hasta el 0,5%. Además de que se trató del noveno recorte desde el inicio de la crisis financiera en 2007, propició que los intereses se situaran en el nivel más bajo en la historia de la institución.
Pero es que la delicada situación actual obliga a romper todos los registros. Aunque Canadá no ha sufrido la crisis con la crudeza de otros países, también la está padeciendo. La mejor muestra se observa en la tasa de paro, que ha repuntado al 7,2%, la más alta desde noviembre de 2004. Además, ayer se anunciaron los datos de crecimiento del cuarto trimestre de 2008, en los que la economía se contrajo a una tasa trimestral anualizada del 3,4%, el descenso más acusado desde 1991.
En cuanto a los precios, el Banco de Canadá no se encuentra tan agobiado por las garras de la deflación -caída general de los precios- como otras entidades, pero sí resulta cierto que la caída de las materias primas y el frenazo del consumo privado han provocado que la inflación se haya moderado del 3,4 al 1,1% desde julio del año pasado.
Mañana, el capitán Mervyn King podría protagonizar una maniobra similar a los mandos del Banco de Inglaterra. Como en Canadá, se espera un descenso del 1 al 0,5%, que también representaría la cota más baja desde la constitución de la entidad allá por 1694.
Este recorte, que sería igualmente el noveno desde diciembre de 2007, no haría sino convertir en una realidad cada vez más palpable la posibilidad sugerida el 19 de diciembre por uno de los subgobernadores de la entidad, Charlie Bean. Ese día advirtió de que la entidad podría verse forzada "a emular a la Reserva Federal (Fed) estadounidense", que tres jornadas antes había abaratado el precio del dinero hasta dejarlo más cerca que nunca del 0%.
Desde entonces, el cuadro macroeconómico británico no ha dejado de empeorar. La recesión es una realidad para los ingleses, después de que la economía decreciera en los dos últimos trimestres de 2008, mientras que el desempleo ha aumentado hasta el 6,3%, la mayor desde 1998. "La economía atraviesa una profunda recesión", reconoció abiertamente el 11 de febrero el gobernador King. Es más, no sólo se quedó en palabras, sino que actualizó sus previsiones, que ahora vaticinan que el Producto Interior Bruto (PIB) se contraerá un 3% en el presente ejercicio.
A años luz
Si ambas entidades responden a las expectativas, ya serán cuatro de los cinco bancos centrales del Grupo de los Siete (G-7), órgano que agrupa a las siete mayores potencias del mundo, los que tendrán los tipos en el cero y algo. Se sumarían a la Fed, que tiene los intereses entre el 0 y el 0,25%, y al Banco de Japón, donde los tipos están en el 0%. ¿Y el quinto? Se trata del Banco Central Europeo (BCE), que por ahora no tiene intención de hacerles compañía.
Y eso que este jueves también hará historia, puesto que está previsto que reduzca los intereses del 2 al 1,5%, la cota más reducida a la que jamás los ha bajado. Pese a que este movimiento le mantendría próximo al resto de naves, en realidad la entidad europea permanece a años luz de ellas. "No estamos en el mismo universo que otros bancos centrales. Los tipos al 0% no nos parecen apropiados en este momento", afirmó claramente el presidente del BCE, el galo Jean-Claude Trichet, al término de la reunión del 15 de enero.
Sus colegas en el seno de la entidad han cerrado filas en torno a su jefe. Axel Weber, presidente del Bundesbank alemán, declaró la semana pasada que no cree que los tipos podrían alcanzar su suelo en el 1% en la eurozona. "Soy de los que piensan que quizá no se debe llegar a cero. Si podemos no llegar a cero, sería razonable", indicó el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez. Eso sí, ayer sonó la primera voz discordante. Athanasios Orphanides, gobernador del Banco de Chipre, defendió que no habría que desterrar la idea viajar al planeta cero. Así lo cree igualmente Keith Wade, economista jefe de la gestora Schroders, quien vaticina que los intereses podrían acabar 2009 en el 0,5%.