
El Gobierno de Arabia Saudí ha comenzado los recortes. Por el momento no se podrán comprar más coches oficiales y muebles, el gasto en viajes se verá mermado mientras que el gasto en infraestructuras también va a sufrir un elevado descenso. El reino se enfrenta a una crisis fiscal debido a la caída de los ingresos provenientes del petróleo.
De este modo, todos los ministerios tendrán que reducir sus gastos de forma drástica, al menos en lo que se refiere a partidas que pueden suprimirse. Aunque la caída de ingresos es sustancial, Arabia Saudí seguirá manteniendo su gasto público en niveles elevados, tanto es así que se prevé que el reino incurra en un déficit del 20% del PIB en 2016. Un desequilibrio que se irá corrigiendo a medida que el precio del crudo vaya recuperando posiciones.
Según publica The Guardian, en una carta confidencial el rey Salman da instrucciones para que se detengan algunos proyectos de construcción, no se compren nuevos vehículos ni muebles, congelar todos los nombramientos y ascensos, detener los pagos compensatorios por adquisición de propiedad y poner parar nuevos acuerdos de alquiler.
La caída del precio del crudo no ha llegado en un buen momento para un país que se encuentra en medio de una guerra en Yemen y en plena transición. Con el cambio en el trono, el rey Salman decidió recompensar a los empleados públicos con una paga extra en enero, mes en que sustituyó a Abdullah, explica David Butter, expertos sobre asuntos saudíes en el think tank Chatham House. Por otro lado, este experto señala que "la guerra de Yemen está aumentando los costes públicos, pero no está claro si quedarán reflejados en las cuentas".
Steffen Hertog, profesor asociado de la London School of Economics, explica que estos documentos que se han filtrado "son la primera advertencia clara para todas las agencias y ministerios para que frenen su gasto. Es una ofensiva que tiene como objetivo congelar todos los gastos que estaban planeados, más adelante se propondrán más medidas específicas".
Un país casi sin impuestos
"No se están quedando sin dinero, pero sí es cierto que están gastando mucho más de lo que están ingresando, necesitan realizar más recortes y reformas en el sector público, además de reformar su política energética. También sería interesante que revisaran su política de sueldos y 'bonus' salariales", señala este profesor de economía.
En Arabia Saudí el sistema fiscal es prácticamente inexistente. Durante los años en los que el petróleo estaba en torno a los 100 dólares el barril "había una sensación de que el dinero era interminable. Ha un significativo exceso de gasto desde el año 2000 hasta ahora". Por otro lado, Arabia Saudí no tiene IRPF ni IVA, tan sólo tiene algunos tipos de pequeños impuestos y un 20% en el Impuesto de Sociedades, lo que liga en exceso los ingresos fiscales a los precios del petróleo.