Opinión

Cataluña-España: un divorcio caro y duro

Artur Mas

Si Cataluña se separase, España impondría aranceles a muchos de sus productos. No veo ganadores ni a un lado ni a otro, tan sólo perdedores.

Sólo soy economista, no político. Las preguntas que me hago son económicas, intento alejarme de nacionalismos en uno y otro sentido aunque económicamente tenga que contemplarlos. No entiendo España sin Cataluña, ni Cataluña sin compartir el Estado español. La actual crisis se ha traducido en fuertes tensiones sociales y políticas. Grecia ha registrado el surgimiento de un partido de corte neonazi que canaliza el descontento y la desesperación de aquella población.

En España, dada nuestra reciente historia, es difícil que esto ocurra; sin embargo nuestro gran problema son los nacionalismos y el sentimiento nacionalista. La manifestación secesionista pasada de Cataluña ha sobrepasado a los estamentos políticos: en una parte se intenta hacer oídos sordos y en la otra se opta por igualar hacia arriba. El desencuentro Rajoy y Mas es elocuente. Salen opiniones muy variadas, algunas acaloradas, sobre quién gana o pierde en el sentido económico. En mi opinión no gana nadie, ni en el corto, ni en el medio, ni en el largo plazo. Como en cualquier divorcio ambas partes pierden.

Cataluña supone el 20 por ciento del PIB español, actividad que en buena parte se fundamenta por las exportaciones de bienes y servicios al resto de España. ¿Alguien piensa que en una independencia no existirían fronteras? Si Cataluña se separase, España, país miembro de la Comunidad Europea, impondría aranceles a gran cantidad de productos. Vería así el nuevo país reducido enormemente sus mercados de exportación, por una parte Europa, por la otra España.

Es más, el consumidor español no sólo pediría aranceles, sino que boicotearía totalmente los productos catalanes. Lo mismo ocurriría a los productos procedentes de España en Cataluña, pero con una diferencia, España seguiría teniendo abierta la puerta del libre comercio con la Unión Europea. ¿Qué pensarán las multinacionales establecidas allí? Muchas de las empresas con residencia en Cataluña tendrían que irse a territorio de la Unión Europea: España y Francia por proximidad, zonas más alejadas por costes. En todo caso España perdería peso en Europa.

Otra incertidumbre de difícil solución. Cataluña saldría automáticamente del euro. Tendría por tanto que acuñar su propia divisa y establecer un orden y legislador bancario.

Aquí tenemos un gran problema del que poco he oído hablar. ¿Qué pasaría con los bancos catalanes? ¿Quién sería su supervisor? ¿Cómo estaría dotado el FGD de esos bancos? ¿Sacaría la población catalana el dinero depositado en los bancos españoles, divisa euro, supervisor BCE, líneas de financiación BCE, para llevarlo a las entidades de su zona? ¿Los españoles no saldrían corriendo a retirar su dinero de las entidades catalana ante el nuevo panorama, provocando una crisis de liquidez en entidades sistémicas? ¿Cómo haría frente, no sólo España, sino el mundo a este problema, el cual podría llevarse por delante todo el sistema bancario mundial?

En este divorcio España y Cataluña pierden por igual, pero sobre todo podrían incluso llevarse al mundo por delante. Cierto que la balanza fiscal Cataluña-España es deficitaria para la primera. Pero también es cierto que el florecimiento y crecimiento de Cataluña se ha basado en un fuerte trasvase de mano de obra y recursos de otras provincias españolas hacia esta zona. La contribución de Cataluña al Estado es por tanto redistributiva.

Si alguien me dice que no es así, le hago una pregunta la inmigración interna entre ambos territorios es un hecho incontestable, hoy por hoy los residentes "españoles" en aquella zona representan un alto porcentaje, no digamos nada si contabilizamos segundas generaciones, ¿alguien me puede decir o cuantificar cual sería el movimiento migratorio?.

Por cierto, antes de que cuantificar debemos tener presente que la separación de Cataluña, probablemente, llevará a presiones y represalias que se pudiesen dar de una lado y de otro. Ya que hablamos de movimientos migratorios y los pensionistas: ¿dónde se quedarían y quien pagaría las pensiones a los residentes del nuevo estado? ¿serían bienvenidos y acogidos sus hijos nacidos en Cataluña en el resto del territorio?

Me quedan en mi cabeza un montón de preguntas que por espacio no puedo recoger. España se resentiría de esta dolorosa separación, pero el posible sufrimiento de los catalanes no se puede estimar. Por favor escúchense una y otra parte, planteen puntos de entendimiento, pacten, circunscríbalos a nuestras leyes. Los políticos son ustedes, yo sólo me hago preguntas, no veo ganadores ni a un lado ni a otro, tan sólo perdedores.

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