El elegido se enfrentará a unos meses claves. Los mercados precisan un Gobierno firme que solucione el 'abismo fiscal'
El próximo presidente de los EEUU que salga de las urnas el el 6 de noviembre se enfrentará a unos meses claves, tanto para la economía como para los mercados, aunque esto ya suena reiterativo. Sin embargo, la llegada del temido abismo fiscal pondrá contra las cuerdas al candidato elegido para salvar al país del precipicio.
En juego está una posible recaída a la recesión de la mayor economía del mundo, según advierten los analistas. A menos de una semana para la cita con las urnas, las dudas sobrevuelan Wall Street, que ha perdido el pulso alcista de la primera quincena de octubre. Pero, ¿qué esperan los mercados de estas elecciones?
Hay quien apunta que el mejor resultado para los inversores sería una victoria contundente, sea quien sea el candidato elegido. "Lo cierto es que lo peor que puede ocurrir es que haya un resultado electoral poco claro", advierte José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España. Con las dos cámaras divididas (mayoría republicana en el Congreso y demócrata en el Senado) y ante las decisiones complicadas que se han de tomar, un presidente fuerte puede ser la garantía para evitar una parálisis del país. La intención es evitar una situación como la del verano 2011, cuando la pugna entre los dos partidos provocó que no se ampliara el techo del déficit permitido hasta el último momento, por lo que planeó la sombra del impago sobre la principal economía del mundo.
La receta de los dos candidatos para superar el temido Fiscal Cliff es bien diferenciada, ya que el candidato republicano, Mitt Romney aboga por reducir el gasto social, mientras que el candidato demócrata y actual presidente de EEUU, Barack Obama, apuesta por una subida de impuestos. "Si se tienen en cuenta los bajos impuestos que se pagan en EEUU y que el gasto social no es excesivamente abultado, cabría prever que la solución puede estar más del lado de Obama", apunta Soledad Pellón, analista de IG Markets. Sin embargo, los mercados "podrían preferir una solución intermedia entre ambas opciones y por ahora no se decantan por ninguno de los dos candidatos", explica.
También hay quien recuerda la ventaja con la que cuenta Obama gracias a la mejora del entorno económico en las últimas semanas. Los últimos datos del paro y del PIB dibujan una situación económica más optimista, lo que podría jugar a favor del candidato demócrata. "Las ventajas del presidente en ejercicio siguen siendo notables, con una mejora del entorno económico", explican Bruce Rolph y Kim Ta, analistas de Citi. Y es que la tasa de paro cayó en septiembre por debajo de la tasa del 8% por primera vez desde el inicio de 2009, hasta situarse en el 7,8%, mientras que el PIB del tercer trimestre creció un 2% en tasa intertrimestral frente al avance del 1,8% estimado por los analistas.
Por este motivo, si hay un escenario que comienzan a manejar los mercados, es el de la reelección del presidente, advierten los dos analistas de Citi. Si los votantes conceden un nuevo mandato a Obama, las previsiones son claras: "con los mismos actores y la misma situación, los resultados esperados serán los mismos", advierten los expertos, que apuntan a que vendrá "otro acuerdo fiscal para el corto plazo que resuelva temporalmente el problema del Fiscal Cliff". Un nuevo parche que podría dejar para el futuro la solución al problema de la deuda en EEUU.