Empresas y finanzas

Montoro choca con Soria para que la reforma sea benévola con la termosolar

  • Industria quiere suavizar algunas medidas frente a la negativa de Moncloa

La energía termosolar ha abierto un cisma en la negociación energética. Frente a la tesis del ministro de Industria, José Manuel Soria, de mantener una fiscalidad homogénea, se ha impuesto la del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, quien defiende que las nuevas tasas no sean excesivamente duras con esta tecnología.

Fuentes del sector consultadas por elEconomista explicaron que tal es el choque entre estos ministerios que la reforma, que en un principio estaba prevista que se aprobara hoy, se puede retrasar en al menos una semana por la falta de acuerdo entre estos dos departamentos.

Durante toda la jornada de ayer hubo una gran incertidumbre sobre si finalmente se vería el tema hoy en el Consejo de Ministros. Y todo ello a pesar de que no se había incluido en el orden del día de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos, que discute los temas previamente a ser aprobados, y de que Soria se encontraba en un viaje en Rusia con el Rey Don Juan Carlos y una delegación de empresarios.

Sin embargo, todas las quinielas estaban abiertas puesto que fuentes cercanas al proceso advertían de que no era necesario que el asunto pasara por la Comisión Delegada porque la reforma ya había sido discutida en la reunión previa al Consejo de Ministros del pasado viernes, donde hubo una gran discrepancia por las medidas, incluso opiniones subidas de tono.

Suavizar las medidas y ganar tiempo

Oficialmente, se comunicó que no se había dado luz verde a la reforma por la falta de tiempo y por la cantidad de medidas incluidas en el pasado Consejo. Sin embargo, la realidad es un profundo malestar por parte de Industria con Montoro por los tiras y afloja en cada uno de los puntos de la reforma.

A esto se suma la presión ejercida por parte de la Oficina Económica de Moncloa, dirigida por Álvaro Nadal, que pretende que la medidas salgan adelante cuanto antes, haya o no acuerdo, como consecuencia de la crítica situación recaudatoria.

Pero desde Industria la obsesión es que las resoluciones no puedan ser tumbadas en los tribunales. Además, las tasas planteadas traerán un gran perjuicio a todas las compañías del sector. La intención de Soria ahora es ganar tiempo y suavizar las medidas, pero sin dejar exenta a ninguna tecnología como pretende Montoro .

Los primeros documentos de la reforma barajan un tributo para la termosolar del 13 por ciento sobre sus ingresos anuales de 515 millones de euros para lograr recaudar 67 millones. Tras conocerse estas cifras las presiones se han recrudecido por parte de las empresas con intereses en el sector.

Es más, un total de 14 fondos internacionales han enviando una carta al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con copia a Montoro y a Soria para advertir de que si sale adelante este tributo se paralizarán los proyectos termosolares y supondrá la pérdida de hasta 7.000 empleos.

Pero la termosolar no es el único punto de desencuentro entre Soria y Montoro. Ante la dureza de las medidas, el ministro de Industria ha planteado que los ajustes no sean inmediatos, sino con unos plazos y de forma progresiva. Por contra, el ministro de Hacienda, al igual que desde la Oficina Económica de Moncloa, pretende que los nuevos gravámenes y recortes entren en vigor lo antes posible.

Cerrazón de las eléctricas

Además, Soria se ha encontrado con un imprevisto: las eléctricas no aceptan el cambio de cromos de ampliar la vida de las nucleares para compensar una tasa de las centrales. Es más, las compañías han lanzado un órdago al poner encima de la mesa la posibilidad de cerrar la central de Santa María de Garoña, propiedad de Endesa e Iberdrola.

La razón es que esta planta obtuvo el pasado año un beneficio de 12 millones de euros, con lo que una tasa de 10 euros por megavatio/hora supondrá un gravamen total de 40 millones de euros, lo que supondrá que este activo entre en pérdidas. En la misma situación se encuentran los ciclos combinados, que con un gravamen del 4 por ciento dejan de ser viables para las compañías. Soria ve como la reforma puede hacer aguas y derivar incluso en un problema de suministro energético.

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