
La agencia de calificación, Fitch Ratings ha puesto la calificación crediticia AAA del gobierno de EEUU en perspectiva negativa, justificando que el punto muerto en las negociaciones sobre el límite de deuda del país corre el riesgo de socavar la efectividad del gobierno del país y las instituciones políticas.
La noticia llega justo cuando las últimas conversaciones en Washington sobre cómo elevar el techo de la deuda y poner fin al cierre del gobierno parecen estar estancadas. Los republicanos en la Cámara de Representantes tienen previsto votar durante la noche del martes una propuesta que reabrirá el gobierno y elevará el techo de deuda, aunque incluye ciertas modificaciones que tanto la Casa Blanca como el Senado ya han rechazado.
Precisamente, el líder del Senado, el demócrata Harry Reid, no dudó en tildar esta situación como una "verdadera pérdida de tiempo" ya que la propuesta no pasará el escrutinio de la Cámara Alta. De hecho, Reid puso de manifiesto la gravedad de la situación, ya que la irrupción de los congresistas con un plan alternativo al esbozado desde el pasado fin de semana en el Senado, frenó los avances de dicha Cámara. "Podríamos sufrir una rebaja de calificación esta misma noche", incidió el senador demócrata.
De momento, la cuarentena de Fitch para una posible rebaja de calificación se debe a "las prolongadas negociaciones sobre el aumento del techo de deuda (tras el episodio de agosto de 2011) amenazan con socavar la confianza en el dólar de EEUU como moneda de reserva mundial por excelencia, lanzando dudas sobre la plena fe del crédito estadounidense", justificó la agencia en un comunicado de prensa. "Esta fe es una razón clave por la que EEUU puede tolerar un nivel sustancialmente más alto de deuda pública que otros soberanos 'AAA'", dijo Fitch.
Fitch y Moody's todavía otorgan su máxima calificación AAA a la deuda de EEUU. S&P, la otra de las tres agencias principales de calificación, arrebató al país su calificación AAA en agosto 2011 durante la crisis del techo de la deuda, citando la inestabilidad política como el principal motor de su decisión.