Toyota no sólo perdió el número 1 de ventas mundiales en favor de General Motors en 2011, sino que también se vio superada en esta estadística por el Grupo Volkswagen. Gran parte de culpa de ese desastre la tiene su bajo volumen de ventas en Europa, problema para el cual el fabricante nipón cree tener la solución. Y BMW tiene la llave.
Aunque no ha sido el único factor del declive de Toyota en el último ejercicio -también debe tenerse en cuenta los efectos del terremoto del 11 de mazo y cierta pérdida de confianza en los consumidores por sus numerosas llamadas a revisión-, su débil situación en el Viejo Continente se antoja como uno de sus principales hándicaps en ventas a nivel mundial.
Desde que su nivel de ventas se desplomara en 2007 un 41% en Europa, el gigante japonés acumula ya cuatro años de pérdidas en la zona. "Es inaceptable para Toyota estar en este volumen de ventas en Europa", reconoce Didier Leroy, su mayor responsable en la región.
Más prestigio y confianza de la mano de BMW
Ante ese panorama, y con la intención de reflotar su imagen, Toyota ha firmado un acuerdo con BMW que le permitirá equipar sus propulsores diésel, añadiendo así a su propia gama de motores el prestigio y la confianza de la mecánica del fabricante premium.
"La verdadera cuestión para Toyota es recuperar clientes", asegura Jonathon Poskitt, jefe de previsión de ventas en LMC Automotive. "Realmente necesitan concentrarse en las demandas de sofisticados consumidores europeos que cuentan ya con una amplia oferta de vehículos nuevos".
Y uno de esos requisitos parece ser, según han detectado desde Toyota, la disponibilidad de motores más fiables para, precisamente, combatir ese déficit de confianza derivado de sus constantes llamadas a revisión en los últimos años. Pero hay otra razón por la que ha surgido este acuerdo con BMW.
"El fuerte de Toyota está en los coches híbridos, lo cual le ha llevado a fortalecer sus ventas en Estados Unidos y mercados sensibles al incremento en el precio del combustible", explica Satoru Takada, analista japonés de la industria de automovión. Sin embargo, prosigue, "Europa está dominada por los fabricantes alemanes porque los coches diésel son más populares"; de ahí que Toyota se haya querido acercar a quien más le puede aportar en este sentido en la región.
Sin embargo, los motores de BMW serán exclusivamente para la marca Toyota y no para Lexus. En este punto, la firma alemana ha querido asegurarse de no alimentar a su competencia dejando fuera del acuerdo a la filial de lujo del grupo japonés.
Algo más que motores premium
Pero, por otro lado, Toyota no puede confiar en que el acuerdo con BMW, por sí solo, sea su único salvador en Europa. Por ello, conscientes de la importancia de mantener una oferta actualizada y atractiva, ya implementa en sus últimos modelos un nuevo lenguaje de diseño que pretende revolucionar la gama: la versión híbrida del Yaris, por debajo, o el GT 86, por todo lo alto, son los primeros pasos de una firma que quiere renacer en el viejo mercado europeo.