El presidente de Isofotón, Ángel Serrano, sigue sin explicar el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) anunciado hace casi un mes para 380 trabajadores de su fábrica en Málaga. El empresario, aconsejado por un exsenador del PP, que presume de tener buenas relaciones con algunos miembros del Gobierno andaluz y con ex altos cargos del Ejecutivo de José Luís Rodríguez Zapatero, aplica una estrategia equivocada en este conflicto. Su amigo, el expolítico, enfrentado a Javier Arenas, le está haciendo un flaco favor.
La primera en la frente. La delegada de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo de la Junta de Andalucía en Málaga, Marta Rueda, ha pedido al empresario que negocie con los trabajadores y, después, que se siente con el Gobierno andaluz. Rueda reclama a Serrano que aclare el destino de los 8,4 millones de euros que la Junta le entregó para mantener el empleo en la empresa.
La delegada de Economía asegura que este ERE todavía no se ha presentado, por lo que ha recalcado que la Junta de Andalucía no va a actuar hasta que vea en qué condiciones y términos viene ese expediente.
Parece lógico que el presidente de Isofotón devuelva las ayudas si incumple su compromiso de mantener los puestos de trabajo y que los servicios jurídicos de la Junta elaboren un informe sobre esa devolución. Por tanto, Serrano lo tiene crudo.
El anuncio del ERE está generando incertidumbre entre la plantilla de Isofotón, que ha actuado, no obstante, de manera sensata al no recurrir a la huelga indefinida hasta conocer los detalles que tiene que presentar la empresa. La plantilla, que mantendrá las manifestaciones los viernes por el centro de la capital, ha anunciado que convocará automáticamente la huelga indefinida si finalmente despiden a los 380 trabajadores.
Mientras, la empresa irá a preconcurso en breve porque lo presentó voluntariamente en secreto días antes de que otra petición forzosa apartara a Serrano y su hermano de la gestión. ¿Quieren más pruebas del ocultismo de estos 'directivos'?
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