El día que el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, anunció el programa billonario de compra de deuda pública, la rentabilidad del bono alemán empezó a profundizar hasta niveles nunca vistos. Tanto como que hasta el tramo a 8 años llegó a ofrecer rentabilidades negativas. En mercados, los inversores se miraban unos a otros preguntándose cuándo acabaría ese rally, con el recuerdo de la burbuja de 2007 todavía muy presente. Finalmente llegó la vuelta que todos temían hace dos semanas y este lunes se culminó con la pérdida de todo lo ganado desde que Draghi anunciara el QE. En nueve sesiones, los inversores en bonos alemanes han perdido todo lo conseguido durante los últimos tres meses y medio, un movimiento muy brusco para un activo refugio que no acostumbra a sufrir estos episodios de volatilidad. Desde los máximos del año, marcados el 20 de abril, el Bund deja unas pérdidas del 3,6%, o lo que es lo mismo, antes exigían una rentabilidad del 0,075%, y este lunes subió hasta el 0,45%.
La recuperación de las expectativas de inflación y los comentarios de algunos grandes gestores de renta fija, como el gurú Bill Gross, que la semana pasada advirtió que la oportunidad bajista del Bund era mejor que la de la libra de 1993 (cuando George Soros venció al Banco de Inglaterra) provocó una auténtica oleada de ventas. El bono alemán acumuló este lunes su sexto día consecutivo de subida de la rentabilidad (caída de precio), su peor racha desde noviembre de 2011, cuando la eurozona vivía los peores meses de la divisa común.
Esta corrección era inevitable, los gestores lo sabían y simplemente esperaban a que ocurriese. ¿Es este el fin del rally de la deuda europea? Esa es la gran duda de los inversores: volver a comprar ahora a estos precios o esperar más. Los expertos tienen dudas. "Es pronto para concluir que la reciente venta de Bunds es el inicio de una fuerte subida en las rentabilidades europeas", explica el equipo de Barclays, "nosotros estamos más inclinados a interpretarlo como una corrección saludable", añade.
"No es la primera vez que el mercado intenta un cambio de tendencia de forma infructuosa, aunque en algún momento los inversores deben valorar el equilibrio entre el riesgo asumido y la rentabilidad buscada", explica José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi. Una apuesta bajista en el Bund supondría que el inversor acepta ponerse en contra del BCE, ya que la entidad sigue inyectando 60.000 millones cada mes al mercado de deuda, por lo que la demanda de bonos seguirá ahí.
Un tercio de los beneficios
El repunte del Bund se ha cobrado otra víctima: los fondos de renta fija europea. El impacto ha sido tal, que sólo un 3% de los fondos que pone el foco en la deuda pública del Viejo Continente escapa de las pérdidas en la última semana -y por poco-. Mientras una minoría consigue mantenerse en positivo a duras penas, el resto se deja de media un 0,81% en sólo una semana (algunos incluso llegan registrar pérdidas superiores al 1,5% durante este periodo, ver gráfico).
Suficiente para borrar prácticamente un tercio de las ganancias conseguidas por estos productos en lo que va de año. Ahora, de media, las carteras de los fondos de deuda pública europea ganan de media un 2,2%. Todavía casi un punto más de rentabilidad de lo que consiguen los fondos de deuda corporativa europea en este ejercicio, que suman un 1,37%.