El fuerte aumento del consumo privado compensó con creces la persistente debilidad de la inversión, lo que contribuyó a que la economía alemana registrara un modesto crecimiento en el tercer trimestre y evitara de esta forma la recesión.
La Oficina Federal de Estadísticas de Alemania confirmó una estimación anterior que mostraba un aumento del 0,1% en el PIB desestacionalizado en el periodo julio-septiembre.
El consumo privado aumentó un 0,7% en el trimestre, el mayor aumento en tres años, y la inversión pública se incrementó en un 0,6%. En conjunto el consumo contribuyó con 0,5 puntos porcentuales al crecimiento del tercer trimestre. El comercio también ayudó, con un alza de las exportaciones mayor que el de las importaciones.
Por contra, la inversión en equipos cayó un 2,3%, mientras que la inversión bruta de capital y construcción también se redujo. En conjunto, la inversión restó 0,7 puntos porcentuales al PIB del trimestre.
Tras la contracción del 0,1% en el segundo trimestre, algunos economistas temían que Alemania entrara en recesión técnica al sumar otro descenso en el tercero, lastrada por la debilidad de algunos socios clave de la eurozona como Francia y por la incertidumbre relacionada con el conflicto en Ucrania.