
Emmanuel Macron, candidato de En Marche! se ha alzado con el 24,01% de los votos en la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas, según los resultados oficiales. Macron se disputará la presidencia de Francia con la ultraderechista Marine Le Pen, líder del partido Frente Nacional en una segunda vuelta y aspira a convertirse en el jefe del Estado francés más joven. Los sondeos dan la victoria a Macron en ese próximo duelo que tendrá lugar el 7 de mayo con más del 60% de los votos. EN DIRECTO | Así ha sido la jornada electoral en Francia.
El líder del movimiento En Marche! ha apelado a la unidad en su primer mensaje tras conocer su pase a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, en las que confía en unir a los "patriotas" para culminar su meteórico ascenso.
"En un año hemos cambiado la cara de la vida política francesa", ha destacado el exministro de Economía, que al frente de un movimiento nuevo y sin haber ocupado nunca un cargo electo ha logrado situarse como favorito para llegar al Elíseo.
Con "honor" y "responsabilidad", Macron ha agradecido a todos los que le han apoyado este domingo, a quienes ha prometido que seguirá trabajando para "reconciliar" al país y hacerse con la Presidencia en la segunda vuelta del 7 de mayo.
"A partir de esta noche, tengo que tratar de unir a todos los franceses", ha añadido, confiado de poder ser el presidente de "todo el pueblo francés". Sin mencionar a su rival directa, la ultraderechista Marine Le Pen, Macron ha apelado a los "patriotas" frente a la "amenaza de los nacionalismos".
El exministro también ha aprovechado para agradecer al socialista Benoît Hamon y el conservador François Fillon que le hayan brindado su apoyo de cara a la segunda y definitiva ronda, si bien confía en que no se trate únicamente de una votación "contra" una determinada candidatura sino en aras de una "alternancia verdadera".
En este sentido, Macron ha llamado a romper con un sistema que "no ha sabido responder a los problemas (de los ciudadanos) en más de 30 años" y a abrir "una nueva página de la historia política". "Sois la cara de la renovación. Sois la cara de la esperanza francesa", ha proclamado ante sus exultantes seguidores.
Un meteórico ascenso
Emmanuel Macron (Amiens, 1977) comenzó hace menos de una década a coquetear con la política, aparcando momentáneamente una meteórica carrera en el mundo empresarial para elaborar informes con los que asesoraba a dirigentes de distintos signo político. Ahora, roza con los dedos la posibilidad de ser el gobernante más joven de Francia desde la época de Napoleón.
En cualquier caso, Macron es el candidato que cuenta con la base electoral más frágil de todas, teniendo en cuenta la juventud de su movimiento y su posicionamiento político.
Filósofo, politólogo y economista de formación, comenzó su carrera laboral siendo inspector financiero, aunque no tardó en dar el salto a la prestigiosa Banca Rothschild, donde tejió una red de relaciones que le terminarían acercando a las altas esferas políticas. Macron, antiguo militante socialista, participó en la campaña electoral de 2012 como asesor de programas para François Hollande, quien terminaría premiándole con un puesto de asesor presidencial. Apenas dos años después, ya había ascendido a ministro de Economía, un cargo donde permaneció otros dos años y donde comenzó a dejar claro las líneas del que programa que ahora exhibe su rostro en portada.
En agosto de 2016 abandonó el Ministerio y consumó la ruptura con Hollande, su mentor político, para lanzarse a la aventura de un proyecto nuevo: En Marche!. Macron quería lanzar una "revolución democrática" y ser alternativa en un inminente escenario electoral que ya entonces se antojaba convulso, con un Partido Socialista en caída libre y una ultraderecha claramente afianzada.
El programa de Macron
Macron se ha vendido como el candidato de la clase media -el "candidato del dinero" según Le Pen- y ha evitado públicamente escorarse a izquierda o derecha, rechazando incluso esta diatriba. "Lo que quiero es un programa que traiga a Francia al siglo XXI", dijo durante un acto.
El exministro ha prometido inversiones por valor de 50.000 millones de euros, 15.000 millones de los cuales corresponden a formación laboral y otros tantos a energía y medio ambiente. Su objetivo también pasa por ahorrar 60.000 millones de euros mediante distintas reformas de la administración, entre ellas una modernización que permitiría reducir el gasto en 25.000 millones.
La jornada laboral de 35 horas semanales seguiría aunque sujeta a negociación, mientras que los trabajadores con menos ingresos quedarían exentos de ciertos pagos. En el ámbito fiscal, el impuesto de sociedades se reduciría del 33 al 25%.
La seguridad ha sido parte destacada de su campaña y, en relación a este tema, Macron ha prometido crear 15.000 plazas en prisiones, contratar a 10.000 policías y subir el gasto en Defensa hasta el 2% del PIB. También ha incluido medidas específicas sobre inmigración, como la resolución de las solicitudes de asilo en un plazo máximo de seis meses; o integración, fomentando por ejemplo la contratación de personas de determinados barrios.
A nivel de funcionamiento político, Macron quiere reducir el número de diputados y senadores, recortar la administración local, prohibir que los cargos electos realicen tareas de consultoría e ilegalizar la contratación de familiares como asistentes, en una clara alusión al escándalo que ha hundido la campaña de su rival François Fillon.