
No corren buenos tiempos para la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, acorralada entre la pared y la próxima vuelta de tuerca monetaria. Tampoco la banca se encuentra en una posición idónea para enfrentar no sólo los elevados requisitos de capital, el endurecimiento de las regulaciones, multas o la volatilidad que está desbarantando su mesas de inversión sino la perspectiva del mercado, que retrasa ya la próxima subida de tipos hasta más allá del mes de febrero de 2017.
Con estas proyecciones sobre la mesa y Deutsche Bank azuzando los cadáveres de Bear Stearns y Lehman Brothers, las pérspectivas que perfilaban a la banca estadounidense como uno de los valores estrella este año gracias a la normalización monetaria este año se han esfumado como la pólvora. Desde Goldman Sachs a Bank of America pasando por Citigroup o Regions Financial operan por debajo del valor de sus libros, algo que no ocurría desde 2008, cuando el azote de las hipotecas basura dejó a la banca al borde del abismo.
Fred Cannon, director global de análisis de Keefe, Bruyette & Woods (KBW), no duda en sacar los colores a Citigroup. "Sus acciones han cotizado por debajo del valor tangible de sus libros durante cinco años, todavía seguimos buscando referencias históricas de bancos que hayan sobrevivido a estos niveles durante tanto tiempo".
Su jefe, Thomas Michaud, consejero delegado de KBW, reconoce que Citigroup se ha convertido en un "valor trampa" y considera que "será difícil que la entidad pueda generar una cantidad aceptable de retornos para sus accionistas, enfrentando las exigencias de capital a niveles actuales".
Perspectivas poco halagüeñas
"Si la Fed cumple con una subida de tipos de entre 50 y 75 puntos básicos hasta finales de 2016, esperamos que las acciones del sector bancario superen la rentabilidad del resto del mercado", avisa Vivek Juneja, de JP Morgan. Sin embargo, si Yellen no cumple con las expectativas "esperamos movimientos encrespados dentro del sector", apunta. De momento, las perspectivas son poco halagüeñas. En lo que llevamos de año, Bank of America ha borrado cerca de un 24% en su cotización, JP Morgan alrededor de un 14%, mientras otras entidades regionales como Fifth Third o Zions han caído un 24,8 y un 21,9%, en cada caso.
Desde el canal financiero CNBC indicaban que el S&P 500 Bank Index sufre dos décadas perdidas, ya que sus niveles actuales equivalen a los alcanzados en 1996. Un hecho que no supone una pesadilla como tal ya que los bancos duplicaron su rentabilidad entre mediados de los 90 hasta el punto álgido de la burbuja inmobiliaria, hasta desplomarse durante la crisis de 2008.
Sin embargo, el endurecimiento regulatorio, las pruebas de esfuerzo, los requisitos de capital y casi ocho años de política monetaria ultraacomodaticia han limitado los ingresos de muchas entidades a las tarifas que cobran a sus clientes y en cierta forma a los seis años de mercado alcista que han revalorizado al S&P 500 en más de un 170%. Eso sí, con limitaciones.
En estos momentos, el FedWatch que elabora la CME estima que el 78,1% del mercado espera que los tipos se mantengan sin cambios entre el 0,25 y el 0,50% más allá de la reunión del 1 de febrero de 2017. Una disyuntiva que presiona a Yellen, quien hoy tendrá que rendir cuentas en el Capitolio.
"Si Yellen deja la puerta abierta a un endurecimiento monetario este año, los mercados financiero reaccionarán negativamente", advierte Brett Ryan, de Deutsche Bank. Pese a que el panorama actual todavía no invita a tirar de planes de emergencia, Ryan señala que "si la economía tomase un rumbo bajista, la Fed deshará la subida de tipos de diciembre y probablemente impondrá tipos negativos".