La coalición Portugal al Frente (PaF) del primer ministro Pedro Passos Coelho ha logrado revalidar su victoria a pesar de que los últimos cuatro años han estado marcados por los fuertes recortes y subidas de impuestos para combatir la crisis de deuda. Con el 99,23% escrutado, PaF se ha quedado a las puertas de la mayoría absoluta, ya que para lograrlo necesitaba en torno al 45% de los votos. Con este panorama el Partido Socialista, la segunda fuerza más votada, podría por tanto intentar formar una coalición.
Así, PaF ha logrado el 36,83% de los votos, mientras que los socialistas han obtenido un 32,38%. Por detrás quedan el Bloque de Izquierda (10,22%) y la Coalición Democrática Unitaria (CDU) ecocomunista (8,27%). La CDU está formada por Los Verdes y el Partido Comunista de Portugal, mientras que PaF está formada por el PSD del primer ministro Pedro Passos Coelho y el Partido del Centro Democrático Social-Partido Popular (CDS-PP).
Como no se ha alcanzado una mayoría absoluta, el papel que jugará el presidente de la República será decisivo, ya que tiene la capacidad de disolver la cámara y convocar nuevas elecciones. El presidente Cavaco Silva dejó claro el pasado viernes que no iba a aceptar un Gobierno salido de pactos extraparlamentarios, sin embargo, tras depositar su voto rebajó un poco sus advertencias.
La realidad es que un Gobierno con minoría podría representar un fuerte desafío para el país de 10 millones de habitantes, donde ninguna administración de minoría ha sobrevivido un término completo desde que Portugal retornó a la democracia, en 1974.
Los resultados que reflejaron las urnas ayer contrastan con la situación vivida en el país hace unos meses, cuando la victoria del Gobierno era impensable ya que todos los sondeos le daban una clara ventaja a los socialistas de la oposición, que habían prometido aliviar las medidas de austeridad. De hecho, esta era una de las diferencias clave entre los distintos partidos, ya que el PSD-CDS quiere acabar con los recortes en un plazo de cuatro años, el PS pretendía hacerlo en dos años. Estos tiempos contrastan con el PC y Bloco que terminarían con los recortes ahora mismo.
Las elecciones de este domingo son las primeras desde que Portugal abandonó el año pasado el plan de rescate internacional. Y la victoria de Coelho llega pese a la política de fuertes recortes y subidas de impuestos récord que se han implementado para sacar el país de la crisis. Durante los últimos cuatro años, tres de ellos con la troika, el paro se ha reducido desde el 17,5% al 12,4%. Asimismo, las previsiones reflejan una reducción del déficit del 7,5% al 3%. Su política de privatización ha afectado a empresas por valor de 10.000 millones de euros, y a pesar de estas cifras la deuda ha seguido creciendo hasta situarse en el 120,5% del PIB.
Durante su Gobierno, Coelho ha destacado por seguir al pie de la letra los consejos de la troika y esto le ha convertido en un referente de austeridad, alabado incluso por Angela Merkel. La canciller alemana, que le ha citado en varias ocasiones como un ejemplo a seguir, se vio respaldada por el dirigente en las polémicas negociaciones de la deuda griega.
Coelho nunca apoyó los planes de Varoufakis y siempre se mostró absolutamente en contra de cualquier condonación a Grecia, de hecho el líder portugués recordó que las condiciones de rescate que tenían los griegos eran mejores que la de los portugueses.