
La Generalitat de Cataluña crea una comisión interdepartamental de energía con el objetivo de velar por el desarrollo e implementación de proyectos de generación renovable, de almacenamiento, de la red eléctrica de transporte y distribución y de instalaciones de nueva demanda. La Comisión Interdepartamental de Transición Energética la liderará el propio Salvador Illa.
De este modo, según ha aprobado este martes el Consell Executiu, el objetivo es hacer más ágil y eficiente la intervención de la administración en el proceso de transición hacia un nuevo modelo energético. También se prevé la constitución de un grupo de trabajo técnico, formado, según la Generalitat, por personas de "reconocido prestigio" en el ámbito de la energía, el urbanismo, la agricultura, el medio ambiente o en aquellos ámbitos que la comisión considere relevantes.
Dentro de la Generalitat hay cuatro organismos o entidades que gestionan la rama energética y están relacionados con transición ecológica. Son la dirección general de Energía, el Instituto Catalán de Energía (Icaen), el Instituto de Investigación en Energía de Cataluña (Irec) y L'Energètica -la energética pública que abastece de de electricidad renovable a la administración y gestiona también otros contratos públicos-.
A principios de año, el Govern también formalizó la creación de la Comisión Interdepartamental de Vivienda, que tiene como fin planificar y coordinar la aplicación de las medidas urgentes para incrementar la oferta de vivienda protegida en la región. El abogado, exgerente de Urbanismo y exteniente de alcalde de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona, Ramon García-Bragado, es el encargado de presidir y coordinar el grupo de trabajo.
Centrales de bombeo reversible
Por otro lado, el Govern ha aprobado un acuerdo que permitirá que la Agencia Catalana del Agua (ACA) amplíe hasta los 50 años la concesión de las centrales hidráulicas de bombeo reversible que se implanten en las cuencas internas. Además, se podrá alargar excepcionalmente hasta los 75 años cuando sea imprescindible para la amortización de las obras objeto de concesión. Actualmente, la planificación hidrológica limita el plazo a los 25 años, a pesar de que la normativa estatal de aguas establece un plazo máximo de 75 años. "La ampliación quiere incentivar el desarrollo de nuevos proyectos de centrales de bombeo reversibles, que necesitan un largo periodo de funcionamiento para amortizar las grandes inversiones que requiere la construcción de la infraestructura", señalan desde el Ejecutivo catalán.
El bombeo posibilita acumular los excedentes de energía procedentes de fuentes renovables no gestionables, solar y eólica, para tenerlos disponibles en los momentos en los que más se necesite. Así, se proporciona estabilidad al sistema eléctrico dado que permite generar cantidades significativas de energía limpia con un tiempo de respuesta muy rápido. En definitiva, repotenciar centrales hidroeléctricas busca ajustar la demanda de energía a los cambios de la producción solar y eólica.
Estas instalaciones se dividen en dos categorías principales. Las de bombeo puro son aquellas que no reciben aportaciones de agua en su embalse superior. Este tipo de central destaca por su capacidad exclusiva para bombear agua desde un embalse inferior a uno superior durante los períodos de excedente de energía. Luego, en momentos de alta demanda, el agua es liberada desde el embalse superior para generar electricidad a través de turbinas hidroeléctricas. Por su parte, las centrales mixtas cuentan con aportaciones de agua en ambos embalses, lo que les confiere mayor flexibilidad en la gestión de la energía.
En Cataluña hay en funcionamiento desde el siglo pasado dos centrales reversibles, las de Estany Gento-Sallente (Pallars Jussà) y Montamara (Pallars Sobirà), con una potencia instalada de 534 megavatios (MW) en conjunto. También está la de Moralets-Baserca de 246 MW, que descarga en el río Noguera Ribagorçana y aunque está Aragón participa en el sistema eléctrico catalán. La Prospectiva Energètica de Catalunya (PROENCAT) 2050 prevé que la potencia de este tipo de instalaciones se incremente hasta los 3.200 MW en las próximas décadas.