
Todos tenemos cualidades diferentes y es cierto que hay personas que tienen más facilidad para relacionarse, pero podemos afirmar con rotundidad que no nacieron con ellas, que todo eso que les ayuda a ser unos excelentes y eficaces networkers lo aprendieron por el camino, es decir a lo largo de su vida de una u otra forma. Pero entonces... ¿Qué cualidades son esas? Más noticias en la revista gratuita elEconomista Seguros
1. Son personas que escuchan
Se supone que todos escuchamos, pero no. Todos oímos, pero no todos escuchamos, y menos con atención, tratando de entender lo que las otras personas nos cuentan, interesándonos por lo que sienten o lo que quieren comunicarnos. Además, estos networkers practican la escucha activa, que es muy importante para que la otra persona entienda y perciba que la estamos escuchando y eso la lleve a seguir contándonos más cosas, se lleve de nosotros una mejor imagen y le parezcamos mucho más agradables.
2. Saben preguntar
Han desarrollado la habilidad de hacer las preguntas adecuadas en los momentos adecuados y en cada instante saben si corresponde realizar una pregunta cerrada -esas que se responden con un sí o un no-, o una pregunta abierta que llevan a la otra persona a explicar más cosas, extendiéndose en los temas y dando detalles. Esto es clave a la hora de relacionarse y si les prestamos atención suelen manejar un abanico de preguntas muy eficaces. Cada uno tiene las suyas ya que todos nos expresamos de forma diferente pero suelen ser preguntas que se interesan por la persona y su profesión o sus percepciones o proyectos.
3. Saben empatizar
Han aprendido que una de las cosas más importantes en las relaciones es comprender a la otra persona y ponerse en sus zapatos para sentir lo que ella siente, lo que ve y cómo lo ve, ya que desde esa posición podremos entender mucho mejor en qué podemos ayudarle.
4. Son personas positivas
Suelen ser muy sonrientes, no solo con la boca sino con la mirada, procuran hablar de objetivos, de relaciones, hablan bien de los que no están presentes y poco de sí mismos si no les preguntan, y siempre tienen un halago sincero.
5. Ven a las personas como personas y no como herramientas para conseguir sus fines
Este punto es importantísimo. Todos conocemos a personas con muchos contactos pero con las que no nos sentimos cómodos, ya que antes o después percibimos que nos tratan como herramientas para sus objetivos personales y no por el interés en nosotros. El buen networker tiene el enfoque de interesarse en la persona que tiene delante y en buscar cómo aportar valor al otro como forma de ver el mundo y de relacionarse.
6. Suelen ser excelentes gestores de relaciones
Son muy buenos porque gestionan todo en sus agendas digitales o de papel, anotan loas detalles de cada conversación en sus fichas, planifican y programan para mantener los contactos, hacer llamadas de mantenimiento de las relaciones, etc. No dejan nada al azar para poder mantener cerca las relaciones valiosas, avivar las que aún no son profundas y, por supuesto, no perder las nuevas que van haciendo día a día.
Hemos comprobado que todas esas cualidades se pueden aprender o desarrollar con el tiempo. Hay que tener voluntad, encontrar dónde y de quién aprenderlas, dedicarle tiempo y esfuerzo y practicar mucho. Todos podemos ser grandes networkers. Disfrutemos dejando de hacer contactos y generemos relaciones, que en el fondo, es la base del éxito.