La crisis va a llevarse por delante el mayor conglomerado financiero del mundo, Citigroup, que está a punto de anunciar un plan para su desmantelamiento según publicaba anoche The Wall Street Journal. Se trata del fin del modelo de agregar todos los negocios financieros en una sola entidad que puso en marcha el mítico Sandy Weill con la fusión de Citicorp y Travelers hace una década, con el reconocimiento implícito de su fracaso.
Y eso plantea cuestiones muy relevantes: ¿ouede sobrevivir el otro gran conglomerado de EEUU, Bank of America (BAC.NY)? Y lo que es más importante: ¿puede sobrevivir el modelo de banca universal en Europa y Asia?
El primer paso de este desmembramiento fue anunciado ya anoche: la fusión de su unidad de brokerage, Smith Barney, con Morgan Stanley, en un movimiento que también comprende la gestión de activos de este último y por el que Citi recibirá 2.700 millones de dólares. Después de esta venta, Citi (C.NY) se dividirá en dos unidades: banca corporativa y minorista.
Según el periódico norteamericano, el movimiento pretende segregar un tercio de los activos del balance de Citi, cuyo tamaño actual es de unos dos billones de dólares. Otros negocios que van a segregarse incluyen financiación al consumo, tarjetas de crédito y la mayoría de los negocios de consumo en Japón. También pretende reducir sustancialmente su actividad de operativa en mercados (proprietary trading), que consume gran cantidad del escaso capital del banco.
Aunque el actual CEO, Vikram Pandit, ha insistido en el mantenimiento del modelo de banca universal, las pérdidas del cuarto trimestre (que estarán en torno a 10.000 millones de dólares después de cuatro trimestres anteriores de pérdidas con amortizaciones por 40.000 millones) y la presión del Gobierno ante el fracaso de los anteriores intentos de recuperación -ha necesitado una inyección de liquidez del Estado de 45.000 millones y otros 260.000 millones en garantías-, Citi ha decidido que no hay más remedio que adoptar medidas drásticas.
Pero no será fácil llevar a cabo este desmembramiento, porque no hay muchos compradores para estos negocios que estén dispuestos a pagar un precio razonable. Por eso Citi contempla la posibilidad de adoptar una estructura dual de "banco bueno-banco malo", con la que podría crear una nueva entidad para acoger lo que queda de su negocio principal.
¿El fin del modelo?
Más allá del caso concreto de Citi, la cuestión es si se trata de un problema puntual de esta entidad por haberse metido en una espiral sin fin a raíz de su exposición subprime, o si estamos ante el fin del modelo. Porque en Europa tenemos muchas entidades que tienen bajo un mismo techo todos los negocios financieros: banca minorista, banca corporativa, banca de inversión, banca privada, seguros, broker, financiación al consumo, tarjetas de crédito, etc.
Los ejemplos son numerosos: BNP Paribas (BNP.PA), Société Générale (GLE.PA), Deutsche Bank (DBK.XE), Fortis o los gigantes suizos (la gran banca española tiene unidades para todos estos negocios, pero son complementarios al de banca comercial, que genera el grueso de sus ingresos). Por no hablar de los grandes conglomerados financieros japoneses.
Precisamente, el caso de UBS nos da una pista de que lo de Citi no es un problema puntual. Se trata del segundo banco más afectado por la crisis y, después de sufrir monstruosas pérdidas y ser rescatado por su Gobierno (como Citi), ha emprendido un cambio de modelo silencioso pero que puede acabar en un desmembramiento similar. Si este proceso continúa, habremos asistido al fin del modelo de banca de inversión tradicional de Wall Street y al de banca universal. ¿Cuál será el siguiente?
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