Empresas y finanzas

¿Solvente? El Gobierno de Putin sale al rescate de la petrolera rusa Lukoil

Si hace apenas diez días que la petrolera rusa Lukoil anunciaba un recorte de sus inversiones en el extranjero para hacer frente a la crisis, el Gobierno ruso comunica ahora que el gigante de la energía, interesado en la compra de la española Repsol, está incluido en la lista de las 295 compañías con valor estratégico que tendrán el "orgulloso privilegio" de acceder a las ayudas del Ejecutivo que preside Vladimir Putin para aliviar la falta de financiación, y por la que inyectará 142.000 millones de euros.

En esa lista negra, que aún no está cerrada a nuevas incorporaciones, figuran viejos conocidos como la gasista Gazprom, la petrolera Rosneft, y la corporación encargada dela gestión de las infraestructuras de gasoductos y oleoductos Transneft.

La lista, compuesta por empresas tanto privadas como públicas, no garantiza a las compañías que la componen parte de los 200.000 millones de dólares (más de 142.000 millones de euros) que el Kremlin se ha comprometido a destinar para aliviar los efectos de la falta de financiación. "El objetivo principal de estas ayudas es el de garantizar la estabilidad del tejido industrial del país no sólo a través de instrumentos de crédito, sino también por medio de garantías del Estado", señalaban desde el Gobierno. La comisión encargada de la elaboración de la relación de empresas ha incorporado entre las compañías susceptibles de recibir ayudas a un total de diez empresas gasistas y petroleras, puesto que este sector genera más del 50 por ciento de los ingresos del país.

Ausencia de compañías 'estratégicas'

Se incluyen, además, cinco automovilísticas, como Gaz y Kamaz, cinco compañías madereras, seis carboníferas, seis del sector de máquina herramienta y hasta dieciocho compañías de comunicación, entre las que se cuenta el primer canal de la televisión pública RIA-Nóvosti. Pese a todo, el Gobierno no ha incluido a algunas empresas que también podrían considerarse estratégicas, como la minera Polymetal, especializada en la extracción de plata, y, por el contrario, en la lista aparecen compañías repetidas.

La creación del catálogo con 295 empresas responde al deseo expresado por Vladimir Putin el pasado 15 de diciembre, cuando comunicó su intención de establecer una relación con las 1.500 compañías consideradas vitales para la economía nacional. Por otro lado, Arkady Dvorkovitch, asesor económico del presidente ruso, señaló durante una reciente entrevista televisiva que el crecimiento previsto para el país a lo largo de 2009 rozará el 2 por ciento y que la inflación oscilará entre el 10 y el 12 por ciento.

Incertidumbre oligárquica

Muchas de las ayudas anunciadas por el primer ministro Vladimir Putin también van dirigidas a echar una mano a los grandes oligarcas del país, que dirigen varias de las principales empresas de Rusia. Tal es el caso del presidente de Lukoil, Vagit Alekperov, o el magnate Roman Abramovich, presidente del equipo de fútbol inglés Chelsea F.C. Pero la posición de la oligarquía rusa no es la mejor en estos momentos y las ayudas ofrecidas por el Kremlin a los empresarios más ricos del país revelan un gran número de contraprestaciones. De hecho, muchos de los que han accedido a las disposiciones financieras podrían perder a largo plazo gran parte de su influencia dentro de las compañías en favor del Gobierno. Los préstamos concedidos por el Ejecutivo a muchos oligarcas amenazan con romper su estatus si no son capaces de reembolsarlos en el plazo de un año, "lo que resulta francamente improbable", según Zina Psiola, directora de mercados emergentes de Clariden Leu en Zurich.

¿Imperios en peligro?

Y es que los créditos concedidos son avalados por las participaciones que los magnates tienen de sus empresas. Poder devolverlos en el plazo de un año resulta tan inverosímil que desde diferentes sectores no se titubea a la hora de acusar al primer ministro ruso de tratar de nacionalizar varias de estas compañías. Se estima que a día de hoy un total de 100 empresarios se han interesado por los más de 50.000 millones de euros que el VEB (Vnesheconombank), principal prestamista bajo control del Gobierno, prevé destinar en los próximos meses para ayudar a los oligarcas rusos, a cambio de un sitio en los consejos de administración de las empresas, el derecho de veto y capacidad de decisión en muchas actividades vinculadas con las compañías.

Consulte la información completa en la edición de fin de semana de diario elEconomista.

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