
Daimler llamará voluntariamente a revisión a más de 3 millones de Mercedes-Benz diésel en Europa para mejorar el sistema de emisiones. El anuncio se produce tan solo cuatro días después de que Alemania anunciase que examinará los motores diésel de la compañía por posible manipulación de emisiones.
El objetivo de esta medida es reducir la contaminación de los vehículos, para lo cual se llevará una serie de modificaciones cuyo coste para la entidad será de 220 millones de euros. Este plan de acción, no obstante, ya comenzó el pasado mes de marzo con 274.000 coches compactos y también incluyó furgonetas de clase V. El 45% de estos vehículos ya han sido modificados y el 75% de la clase V también.
El presidente de Daimler, Dieter Zetsche, aseguró este martes que "el debate público sobre el diésel crea incertidumbre", sobre todo entre los clientes."Por eso hemos decidido aprobar medidas para dar seguridad a los conductores de diésel y fortalecer la confianza en esta tecnología de tracción", añadió Zetsche.
Cabe recordar que la Policía y la Fiscalía alemana comenzaron a examinar los motores diésel de Daimler, matriz de las marcas Mercedes-Benz y Smart, entre otras, para comprobar si manipuló las emisiones de más un millón de vehículos con motor diésel durante casi diez años. Daimler, por su parte, ha rehusado comentar estas informaciones y ha dicho que colabora con los investigadores.
Supuestamente vendió entre 2008 y 2016 en Europa y EEUU vehículos con una emisión de gas dañino alta y prohibida.
La Oficina de Transporte automovilístico alemana (KBA) dijo la semana pasada que va a examinar los vehículos con motor diesel de Daimler en los que se sospecha que se pudo manipular la emisión de gases, que son principalmente los modelos de la Clase C con motores diesel del tipo 642 y 651.
"El diesel tendrá todavía mucha importancia por su mayor eficacia en comparación con el motor de gasolina", según Daimler.
La prohibición de vehículos nuevos con motores diesel y de gasolina pone en peligro más de 600.000 empleos en Alemania, según se desprende de un estudio del Instituto de Investigación Económica alemán (Ifo), encargado por la Asociación Alemana de la Industria Automotriz (VDA) y publicado hoy.
Actualmente se discute en Alemania y en otros países europeos una prohibición generalizada de vehículos nuevos con motor de combustión a partir de 2030.