Empresas y finanzas

Bankia se fija el objetivo de vender el 20% de sus pisos

  • Pretende duplicar el ritmo de desinversiones hasta final de año

Bankia pretende acelerar la desinversión de sus inmuebles en este último trimestre del año. En concreto se ha marcado el objetivo de desprenderse de unos 4.000 pisos entre octubre y diciembre, lo que supondría casi duplicar el volumen medio conseguido en los tres primeros trimestres del ejercicio.

La intención de la entidad es iniciar 2017 con una cartera de adjudicados cercana a las 40.000 unidades, es decir, un 20% menos que a cierre de 2015. Para alcanzar esta meta, tiene el propósito de llevar a cabo operaciones en el mercado mayorista.

Hasta septiembre Bankia se había deshecho de unos 6.200 inmuebles, lo que supone un 6% más que en los primeros nueve meses del año pasado. Por estas ventas, el grupo nacionalizado ha ingresado 351 millones.

Con el impulso de la comercialización de adjudicados, el banco quiere soltar lastre a una mayor velocidad para mejorar la rentabilidad y evitar dotaciones superiores con la entrada en vigor de la nueva circular sobre provisiones.

A principios de este año, la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri, se vio obligada a modificar su estrategia ante la imposibilidad de colocar todos sus adjudicados por impago de deudas de sus clientes en una sola operación a fondos de inversión o en varios paquetes de relevancia. A partir de entonces comenzó a incrementar la comercialización individual, sin descartar desinversiones de lotes a institucionales.

Una cartera de 3.543 millones

Bankia cuenta en la actualidad con viviendas por un valor bruto de 3.543 millones, que una vez descontados los deterioros y la cobertura de provisiones rebajan a 2.484 millones la cartera.

Los activos, principalmente, provienen de pisos embargados a particulares, ya que la mayor parte de los inmuebles ejecutados a promotoras fueron traspasados en su caso a la Sareb en el marco de su rescate financiero en 2012.

En concreto, las casas adjudicadas por hipotecas de familias representan el 73% del conjunto de activos inmobiliarios que acumula en balance el grupo nacionalizado, por un importe de casi 2.600 millones.

Como el conjunto del sector, Bankia intenta desprenderse rápidamente de los inmuebles. Las autoridades reguladoras están apremiando desde hace meses a las entidades a deshacerse de ello cuanto antes, porque restan rentabilidad al conllevar elevadas cargas de provisiones e importantes costes de gestión e impositivos.

Para forzar la colocación de activos tóxicos, los reguladores han establecido nuevas normas de provisiones penalizando la tenencia de pisos y modificando los criterios. En principio, las entidades han señalado que los cambios no tendrán gran incidencia sobre la cuenta de resultados, salvo excepciones. En el caso de Bankia, su consejero delegado, José Sevilla, indicó que el impacto de la circular aprobada por el Banco de España será material, ya que liberará dotaciones de los créditos y los destinará a las mayores exigencias para inmuebles.

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