
Asume el cargo de consejero delegado de OHL con el espíritu de profundizar en la labor desarrollada en los últimos dos años. Tomás García Madrid, el sustituto de Josep Piqué como número dos del grupo de construcción que controla la familia Villar Mir, afronta esta nueva etapa de la compañía con el objetivo de cumplir los retos que "están definidos en el plan estratégico 2015-2020".
"Aumentar la generación de caja en construcción, crecer en el negocio industrial y consolidarnos en los mercados que llamamos home markets (Estados Unidos, Canadá, México, Colombia, Perú, Chile, España y República Checa)", subraya en un encuentro con elEconomista.
"La estrategia aprobada en marzo de 2015 va en la línea del sector y aunque siempre con el paso del tiempo hay que ajustar cosas, vamos a seguir con ese plan?, destaca García Madrid, quien considera que aún es pronto para revelar qué cambios podrán introducirse: ?¡Apenas llevo seis días!".
En sus primeras declaraciones a un medio de comuniacación desde que OHL le designó consejero delegado el pasado 23 de junio, García Madrid admite sentirse "muy satisfecho y muy optimista" ante la nueva etapa que enfrenta como mano derecha del nuevo presidente, Juan Miguel Villar-Mir de Fuentes, que ha sustituido a su padre, el fundador del grupo, Juan Miguel Villar Mir.
El flamante consejero delegado se embarca en esta tarea con el bagaje de 20 años "no ya en el consejo de administración (de OHL), sino también en el comité de dirección", recuerda. Pretende un aterrizaje tranquilo. "No va a haber una gran reestructuración, tenemos un gran equipo, estuve muy cerca de Josep Piqué cuando incorporó a algunas personas relevantes en la dirección, aunque la mayoría del comité de dirección es anterior a su etapa, y me parece que funciona muy bien", enfatiza García Madrid, que ayer participó en el II Foro Global de la Fundación Caminos. "No vengo con intención de hacer ningún cambio relevante", afirma.
En paralelo al plan estratégico, los esfuerzos se centrarán en el área financiera. La deuda se ha convertido en los últimos dos años en el principal quebradero de cabeza para OHL. Decidida a recortarla y ganarse el favor de los inversores, el grupo acometió una ampliación de capital de 1.000 millones de euros en octubre de 2015 y sucesivamente se ha ido desprendiendo de activos. El último y más relevante (al menos por volumen dinerario), ha sido el 7% de Abertis, que vendió la semana pasada por 814 millones de euros. En este escenario, García Madrid asegura que la compañía "ya no necesita mucha más financiación".
'Investment grade'
Señala que con las emisiones de bonos que el grupo tiene en circulación en la actualidad "tenemos resueltas nuestras necesidades" de financiación. La firma abordará en los próximos meses la amortización de la colocación que vence en 2020 y que asciende a 230,4 millones de euros y la refinanciación de los bonos con vencimiento en 2022 y 2023, que en conjunto suman un importe total de 725 millones. Con ello busca abaratar la deuda.
García Madrid incide en que la rebaja del endeudamiento se orienta hacia un objetivo futuro: recuperar el investment grade (grado de inversión) por parte de las agencias de calificación. "Es un tema importante, pero es complicado porque tampoco hay unas reglas de las agencias de rating por las que haya que cumplir a, b c y d", explica. Ahora bien, alcanzarlo, "honestamente", reconoce, no será una cuestión "de semanas ni de meses". "Con que lo tuviéramos en el año próximo ya me daría por satisfecho", subraya. Moody?s sitúa la calificación de OHL cuatro escalones por debajo del investment grade y Fitch, dos.