
La sede central de la farmacéutica Pfizer en EEUU tomó la decisión el pasado jueves de despedir a una treintena de altos cargos de la filial en España al descubrir una serie de pagos irregulares a profesionales médicos en nuestro país, por sus colaboraciones con la compañía.
Así lo aseguran diversas fuentes consultadas por este periódico, que constatan que la investigación estaba en marcha desde hace aproximadamente un año. Los pagos investigados, según estas fuentes, abarcarían desde julio de 2011 hasta finales del año 2013. Este periodo coincide con la etapa en la que el exempleado de la filial que formuló la denuncia ante la matriz estuvo dirigiendo el área de Marketing de la división de Enfermedades Inflamatorias de la filial española.
Dichas transferencias económicas a profesionales médicos por parte de Pfizer España -una práctica legal- habrían estado en este caso en el límite de lo que marca el código ético de la multinacional, el llamado compliance, apuntan estas fuentes. Muchos de los pagos investigados se habrían realizado por las colaboraciones científicas que estos profesionales realizan a título individual y también habrían sido objeto de análisis transferencias a diversas sociedades médicas que colaboran con el laboratorio farmacéutico.
Exhaustivo código interno
La filial en España, según apuntan, siempre ha intentado cumplir a rajatabla con el exhaustivo código interno de la compañía en estas relaciones. Sin embargo, en este caso se trataba de un hecho excepcional, ya que la denuncia partía de este exempleado que, según destacan varios antiguos compañeros, tuvo serios problemas de convivencia con el resto de la plantilla.
Tal es así que la anterior dirección de Pfizer España decidió enviar a este trabajador a la filial francesa, tras una serie de episodios conflictivos, que incluirían, siempre según estas fuentes, situaciones de acoso laboral. Posteriormente, fue despedido de la compañía. En ese momento, aseguran, este exempleado -que ahora trabaja en un laboratorio de la competencia, concretamente en AstraZeneca- habría intentado ?vengarse de sus antiguos compañeros y de los puestos directivos por su despido?, asegura también una de las fuentes.
Tras recibir la denuncia de este extrabajador, la dirección de Pfizer en EEUU decidió enviar un equipo de auditores a la sede española, hace aproximadamente un año. Lo primero que hicieron los auditores fue incautarse de los ordenadores de varios de los empleados que aparecían en la denuncia y revisar todos sus correos electrónicos. Los trabajadores no volvieron a tener noticias del equipo de EEUU hasta que el pasado jueves volvieron a la sede española para anunciar los 30 despidos, precintar los despachos de los afectados y retirarles sus móviles, aseguran.
Hay que recordar que entre los despedidos se encuentran el director de la Unidad de Acceso, Comunicación y Relaciones Institucionales, el director de la Unidad Legal y secretario del Consejo de Administración, y el jefe de la Unidad de Gestión Hospitalaria, además de tres directores regionales y 22 delegados de ventas. Algunos de estos altos cargos se habrían visto afectados únicamente por haber recibido correos electrónicos en copia oculta, enviados entre delegados comerciales, pero no habrían participado en estas prácticas, afirman.