
Telefónica estudia frenar los planes españoles de despliegue de fibra óptica en el caso de que las futuras condiciones regulatorias les resulten adversas. Eso sucederá en el supuesto de que el árbitro sectorial limite la competencia en infraestructuras o si la filial española de Telefónica se ve obligada a compartir sus servicios de super banda ancha fija con sus rivales.
El sentido de la nueva regulación todavía se desconoce, aunque el aviso de Telefónica ha quedado grabado en el mercado, igual que su posible impacto económico y su influencia en el resto del sector. De hecho, los planes iniciales del operador -estimados el pasado septiembre-, contemplan una inversión total en fibra óptica para los próximos cuatro años de 1.400 millones de euros, a razón de 100 euros por cada uno de los 14 millones de nuevos hogares que se esperan pasar por fibra hasta 2020.
El mensaje de inversión acompasada a la decisión de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) también se lanzó ayer, durante la presentación de un equipamiento de Telefónica. Directivos del operador apuntaron que el plan de despliegue "dependerá del entorno macroeconómico y de la regulación en banda ancha fija". De lo anterior se desprende que si la futura regulación del mercado de fibra perjudica los intereses del Telefónica, la compañía revisaría sus planes de inversión. Eso mismo sucedió a principios de año, cuando el operador frenó un 35% el despliegue de fibra óptica en respuesta a la obligación de abrir su red a los competidores en ciertas zonas de España. Posteriormente, Telefónica reactivó el plan de despliegue hasta alcanzar en la actualidad 14 millones de unidades inmobiliarias pasados por fibra.
Inversiones condicionadas
Telefónica explicó en su último informe de resultados que "el objetivo para 2016 se mantiene condicionado a un marco regulatorio definitivo que favorezca el impulso inversor de los operadores nacionales". José María Álvarez-Pallete, consejero delegado de Telefónica, se pronunció en parecidos términos el pasado viernes ante los analistas al indicar que la inversión en fibra dependería de determinados condicio- nantes, entre ellos, los regulatorios. Otros directivos de la compañía también han reclamado en los últimos meses un entorno regulatorio que permita el despliegue de nuevas redes y que evite las obligaciones de acceso a la fibra óptica allí donde exista potencial de competencia en infraestructuras.
En cualquier caso, el cambio en la estrategia de inversión no será inminente. Según ha podido saber este periódico de fuentes del sector, la CNMC continuará analizando la competencia en el negocio español de la fibra óptica durante todo el invierno. Por ese motivo, y en el peor de los escenarios, el cambio de ritmo en las inversiones de Telefónica no se percibiría en los próximos meses.
Hay que remontarse casi un año atrás, hasta diciembre de 2104, cuando la CNMC inició la consulta pública sobre el análisis de los mercados mayoristas de banda ancha (Mercados 3a, 3b y 4; antiguos Mercados 4 y 5). Según el regulador, la propuesta de la CNMC "busca un equilibrio entre garantizar la competencia efectiva y promover la inversión en redes de acceso de nueva generación". Asimismo, el regulador "plantea obligaciones regulatorias diferenciadas para la tradicional red de cobre de Telefónica y la nueva red de fibra óptica".
Según datos de Telefónica correspondientes al cierre del tercer trimestre del año, "los accesos de fibra alcanzan los dos millones, lo que supone un tercio de la base total de accesos de banda ancha". De todos ellos, las líneas de fibra ultrarrápida de 100 o 300 Mb ascienden a 1,4 millones, tras sumar 122.000 nuevos accesos en el trimestre.
Multa en México
El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) ha impuesto una multa 23 millones de euros a Pegaso, propiedad de Telefónica, por incumplir los niveles mínimos de calidad en el servicio móvil que exige el Plan Técnico en vigor.
En un comunicado, el regulador mexicano ha subrayado que se trata de la sanción económica más alta impuesta en el sector en aquel país como consecuencia de una "proporción elevada de intentos de llamada fallidos" de Pegaso.
La filial simplificará el equipamiento
Los nuevos clientes de Telefónica España que contraten la fibra óptica disfrutarán de un equipamiento tres veces más reducido del que dispone el actual parque instalado. A grandes rasgos, se trata de un nuevo router que integra en un único dispositivo las funciones de tres equipos distintos: router, ONT (Terminal de Red Óptica) y videobridge (tecnología para llevar la televisión de pago a varios receptores de televisión en el mismo hogar).
Además, el equipamiento escamotea sus antenas bajo la carcasa y es capaz de ofrecer una velocidad de conexión a Internet más elevada que las que proporcionan los routers actuales del operador. "Será el estándar del mercado en los seis o doce próximos meses", explicaron ayer fuentes de Telefónica para describir el nuevo Home Gateway Unit (HGU). El equipo se ha desarrollado en el nuevo Centro Global de Desarrollo de Dispositivos del Grupo Telefónica y se distingue de sus competidores por sus capacidades para conectarse a dos bandas de frecuencias distintas (2,4 GHz y 5 GHz). La gran ventaja de la conectividad 5 GHz es el mayor ancho de banda y calidad de señal que proporciona a los dispositivos que disponen del microprocesador adecuado, como el caso de la última gama de iPhones, iPad, así como equipos de alta gama de Samsung y LG.
En respuesta a la prensa, el operador recalcó que Telefónica no tiene previsto renovar el equipamiento del parque instalado, ni tampoco los de los usuarios que sufren averías en sus routers. Joaquín Mata, director general de Operaciones y Red en Telefónica España, explicó que su compañía tiene "un debate en un entorno presupuestario para decidir qué hacer con el despliegue del nuevo router", por lo que la comercialización del equipamiento solo está limitada a las nuevas unidades inmobiliarias que activan la fibra óptica en el hogar.