Franquicias

La franquicia da el golpe en los gimnasios y deja 'KO' a los modelos tradicionales

  • La cuota mensual se ha reducido a la mitad en los últimos cinco años

Llegó de Estados Unidos y encontró en la crisis económica el mejor caldo de cultivo para crecer. El concepto del gimnasio low cost, apoyado en enseñas que franquician para hacer marca y tener una mayor capacidad de compra y, por tanto, ahorrar costes, entró en España hace unos ocho años. Más noticias en el suplemento gratuito elEconomista Franquicias y Emprendedores

Por aquel entonces, las empresas privadas del sector empezaban a perder músculo por la competencia que les hacían las instalaciones públicas de muchos municipios que probablemente vieron en la bajada de precios de este sector una forma de ganar votos entre sus conciudadanos.

"En España quienes rompieron los precios de los gimnasios fueron las instalaciones municipales que ya se han privatizado o se están privatizando ahora con unas licitaciones que van de la mano de precios muy populares", confirman a elEconomista Franquicias y Emprendedores fuentes de la Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Deportivas (FNEID).

Una situación que, según matizan esas mismas fuentes, "anima a la creación de nuevas firmas, muchas de ellas de origen extranjero que, a diferencia de lo que hacen en sus países, de ofrecer servicios básicos por precios low cost, ponen a disposición de sus clientes todo tipo de máquinas haciendo que en España ese low cost se transforme en un low price".

Presión sobre los 'versos sueltos'

Eso explica que, en nuestro país, la cuota mensual de los gimnasios se haya reducido a la mitad en los últimos cinco años provocando una presión que los gimnasios individuales y las instalaciones deportivas de carácter familiar no han podido o apenas pueden soportar. Y los que lo hacen es porque transforman su modelo y lo orientan hacia el low cost, lo que provoca un inevitable ajuste que siempre se traduce en la pérdida de empleo.

Los datos de FNEID indican que de las 75.000 personas que había trabajando en las instalaciones deportivas de nuestro país antes de la crisis, cerca de 13.000 -el 17 por ciento del total- han perdido sus puestos de trabajo durante estos años de bajón económico. Años en los que, pese a la llegada en masa de las franquicias, el número de centros en los que practicar deporte también se ha venido abajo.

En concreto, el sector ha pasado de tener 16.000 instalaciones a 12.000, dejándose por tanto un 25% por el camino. Todo ello se traduce, según la FNEID, en una caída del 20 por ciento de la facturación de las instalaciones deportivas de España en los últimos siete años, en los que también ha subido (en 2012) en trece puntos porcentuales -del 8 al 21%- el IVA aplicado al sector.

La hora de las franquicias

Un tiempo en el que numerosas cadenas de gimnasios -la gran mayoría en régimen de franquicia- han empezado a campar a sus anchas por España con precios muy bajos pero casi siempre con muy poco personal, no pudiendo evitar así la pérdida de empleo que arrastra el sector. "Mientras antes la media de trabajadores de una instalación era de siete e incluso de ocho personas, ahora lo normal es que en este tipo de cadenas trabaje una sola persona o como mucho dos", sostienen desde FNEID.

Una situación que sin embargo se aleja de la realidad de los locales deportivos premium, mucho más caros que los anteriores y que han sacado a la palestra la figura del personal trainer, entrenador personal. "Nuestro sector es un buen ejemplo de lo que está pasando en España: por un lado aparecen conceptos premium, pensados para las personas con alto poder adquisitivo; por el otro, conceptos muy baratos, al alcance de casi todos los bolsillos", apuntan las fuentes consultadas en FNEID.

Estos últimos, operando en régimen de franquicia en su mayoría, han sabido encontrar la tecla para convertirse en una alternativa donde hacer deporte para muchos españoles. Y es que muchas de esas firmas no tienen compromiso anual de permanencia, el precio puede llegar a incluir todas las clases colectivas e incluso una tabla personalizada de ejercicios, son locales muy urbanos, no demasiado grandes pero próximos a los centros de trabajo o de residencia de los potenciales clientes y algunas firmas ya han puesto en marcha la apertura de sus instalaciones las 24 horas del día, como Infinit Fitness. Precisamente, Marcos Baroja, fundador y director de expansión de esta enseña, sostiene que "la mayor parte de la gente necesita -debido al envejecimiento de la población, al crecimiento de la obesidad infantil y al sedentarismo creciente- incorporar la actividad física a su vida diaria, pero dispone de poco tiempo por lo que necesitan hacerlo de una forma cómoda y segura, a la par que asequible y adecuada a los ritmos actuales de vida",

Razones por las que, a su juicio, "existe una gran oportunidad para el pequeño empresario que quiera abrir un centro de menor tamaño y de cercanía o proximidad". Eso sí, según su experiencia, ese empresario tiene que estar preparado para competir en este nuevo entorno "con un producto competitivo en costes y con una buena imagen de marca y comunicación. En este sentido, el apoyarse de la tecnología, capacidad de compra, know how y marca de una franquicia es una herramienta fundamental para el éxito", apunta.

Sobre todo porque independientemente del precio, todos los gimnasios compiten con la tendencia, importada de Estados Unidos, del running -correr en espacios públicos-, que ha borrado a mucha gente de muchos gimnasios.

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