
PESCANOVA
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Guerra sin precedentes en el capital de Pescanova. Damm, el segundo accionista con un 6,18% del capital, se ha enfrentado al presidente y primer socio de la empresa, Manuel Fernández de Sousa, que suma una participación del 14,4%. La cervecera catalana incrementó su paquete accionarial en casi un 0,5% aprovechando una caída del título el pasado diciembre y, según han confirmado fuentes de toda solvencia, está tratando ahora de buscar aliados para "buscar una gestión menos personalista".
Según informó el pasado sábado El Correo Gallego, Demetrio Carceller, presidente y accionista de referencia de Damm con un 27,7%, contaría ya con los medios necesarios para dar su golpe de mano en la gallega: al margen de su participación, está negociando el apoyo de la firma luxemburguesa Luxempart, que tiene otro 5,8% y, junto a ésta, suma bonos canjeables por otros 50 millones, que le darían otro 10% adicional.
Damm, que ha reclamado la reunión de un consejo extraordinario para marcar el rumbo de la empresa, precipitó la presentación del preconcurso de acreedores el pasado viernes al negarse a firmar las cuentas de la compañía, una posición respaldada ya por Luxempart.
Para ello aprovechó el momento de debilidad de Fernández Sousa, que afrontaba problemas puntuales de liquidez y que había pedido a la banca el aplazamiento de uno de los pagos. El presidente de Pescanova confía en superar la situación, alcanzando un acuerdo con la banca -Novagalicia, Sabadell-CAM y Popular han mostrado su total disponibilidad para alcanzar un pacto- pero la batalla no ha hecho nada más que empezar.
A la espera de lo que pueda ocurrir y de que Damm consiga o no la celebración del consejo para hacer valer sus poderes, un portavoz oficial de Pescanova declinó ayer hacer ningún tipo de comentario. "Por nuestra parte no hay ninguna novedad", aseguró.
Situación transitoria
Fuentes cercanas a Damm recalcaron que la cervecera catalana sigue confiando en el futuro de la compañía, que está experimentado una situación de preconcurso "transitoria", pero que cuenta "con buenos activos y buenas perspectivas de negocio", por lo que confían en que vuelva a reflotar.
Las mismas fuentes no quisieron confirmar, sin embargo, si Damm ha solicitado esta reunión de urgencia, ya que alegan que "es Pescanova la que tiene que comunicar si va a reunirse el consejo de forma extraordinaria". Lo que es evidente es que Carceller cuenta con recursos financieros suficientes para hacer frente a la batalla accionial.
Aunque prefiere siempre permanecer en la sombra, es una de las grandes fortunas de España. Es dueño de la petrolera canaria Disa y está en el capital de Sacyr, Ebro Foods, Rodilla y Cacaolat.
500 millones en tres años
El gigante de los congelados gallegos pidió el viernes cuatro meses de plazo para negociar con la banca y evitar así la antigua suspensión de pagos y, desde entonces, las acciones se han visto fuertemente sacudidas. Han pasado de cotizar el viernes a 17,4 euros, a los poco más de 9 euros de hoy, y ha llegado a caer hasta los 6 euros.
El problema económico de fondo es que se enfrenta en tres años a vencimientos de deuda por valor de 500 millones de euros -estos compromisos suponen más del 60% del total de la deuda financiera- y que la banca se negó a llevar a cabo una reestructuración.