Empresas y finanzas

Confusión en la banca por la creación de las sociedades inmobiliarias

La publicación del Decreto 18/2012, que recoge las modificaciones de la reforma financiera, no ha despejado las dudas ni del sector ni de los expertos acerca de cómo se va a sacar de balance las sociedades gestoras de los activos adjudicados. Esta confusión es aún mayor al saberse que el BCE supervisará la constitución de estas firmas.

De Guindos dijo que será flexible en cuanto a la formalización de estas sociedades. De hecho, casi todos los grupos ya tienen firmas donde tienen agrupados activos inmobiliarios para gestionarlos y venderlos. Esta flexibilidad podría incluir la constitución de inmobiliarias malas entre varias entidades, lo que podría ser una vía para, una vez que no controlan la mayoría de la entidad, dejar de tenerlas consolidadas en las cuentas.

El texto, por otro lado, indica que en el caso de entidades controladas por el FROB, será éste el que decida la conveniencia de la constitución de la sociedad, lo que deja en el aire la desconsolidación en NovaGalicia, Bankia, Banco Valencia y CatalunyaCaixa, si bien las dos últimas están en proceso de venta.

Por otro lado, en otro apartado del Real Decreto se recoge que aquellas que reciban ayudas públicas por los medios que establece la norma, acciones o CoCos (bonos convertibles contingentes), deberán en el plazo de tres años "ejecutar las medidas precisas para que la vinculación de la sociedad para la gestión de activos con la entidad sea como máximo la de empresa asociada".

Este párrafo parece indicar, en opinión de los expertos, que la desconsolidación de estas firmas no será tal, ya que incluso cuando establece una menor vinculación con la entidad financiera admite que tenga cerca de un 20 por ciento de su capital (la frontera para ser considerada empresa asociada).

Artificio contable

Estos expertos insisten en que para vaciar de riesgo una entidad, sacar de balance, se debe realizar una compraventa en firme, que suponga por tanto un cambio de manos de la firma y no solamente otra manera contable de computar el riesgo.

De igual modo, tampoco parece muy ambicioso el objetivo, establecido sólo, nuevamente, para aquellas que reciban nuevas ayudas, que hagan desinversiones a un ritmo del 5% anual, lo que supone que podrían sobrevivir 20 años.

Por último, fuentes financieras advierten de que el verdadero activo tóxico no son los adjudicados, sino todo lo relacionado con el suelo.

De las llamadas sociedades de gestión de activos, quedan excluidos los créditos sanos, subéstandar y morosos de suelo, que seguirán integrados en los balances de las entidades.

El suelo es visto por los expertos como el auténtico activo tóxico de los bancos, porque mientras las promociones terminadas encuentran comprador si se aplica determinado descuento, en la actualidad con una media del 35-40%, en el suelo es imposible casar operaciones de venta y, por tanto, establecer valoración alguna.

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