Empresas y finanzas

Los hijos de Ruiz-Mateos subastan las obras de arte para evitar su embargo

El fundador de Nueva Rumasa, José María Ruiz-Mateos. Foto: Archivo

"Esto es el fin, Joaquín. Ya se llevan hasta los cuadros". José María Ruiz-Mateos se lamentaba así hace unas semanas ante Joaquín Ivancos, su abogado durante los últimos 30 años, después de que sus hijos fueran a la casa familiar de Somosaguas (Madrid) para llevarse las obras de arte.

Son varios cuadros, expuestos ya en una sala de la casa de subastas Ansorena, que ha declinado, ante la llamada de este periódico, hacer ningún comentario al respecto. "No damos datos de nuestros clientes", aseguran. Mientras tanto, en la casa, quizás para disimular, el matrimonio Ruiz-Mateos Rivero ha colgado unos tapices sin apenas valor.

Entre los verdaderos, el más grande, del siglo XVII, que presidía el salón de la mansión, pertenece a la Escuela Flamenca y es obra de Frans Snyder. Pero, según cuenta Yvancos, hay también obras del siglo XIX, del pintor sevillano Manuel García Hispaleto. Los precios de salida fijados por los tasadores no son demasiado altos, entre 12.000 y 28.000 euros.

Pero los que más les preocupa a los hijos de Ruiz-Mateos tampoco es el dinero. "Tienen entre 400 millones y 600 millones en Suiza", cuenta su antiguo abogado. La cuestión es otra: evitar el embargo y que caigan en manos de los acreedores.

Nueva sede en Somos aguas

Desde hace ya semanas, uno de los hijos del empresario jerezano José María Ruiz-Mateos Rivero, el antiguo consejero delegado del holding, se ha instalado en la calle Ciervo, en una mansión cercana a la casa familiar, propiedad también de Rumasa, y desde allí está intentando salvar todo lo que puede.

Con la ayuda de sus hermanos y con la de Ángel del Cabo, el liquidador de Marsans, al que contra- taron precisamente para eso. Yvancos ha denunciado ya en la Audiencia Nacional que, aunque se habló de una operación de venta, lo que en realidad ocurrió es muy distinto. "Los Ruiz-Mateos encargaron a Del Cabo que liquidara todo y salvara lo que pudiera. El contrato, cuyo borrador firmé yo mismo, establecía que el 80% de lo que sacara iría a parar a la familia y él se quedaría el resto, más los gastos", explica el letrado. Es algo que la Fiscalía Anticorrupción está investigando ya con detalle para evitar, sobre todo, que la familia pueda llevarse el dinero fuera.

El contrato con Ángel del Cabo ha desencadenado, además, un duro enfrentamiento entre el patriarca del clan y sus hijos. "José María me ha dicho que preferiría verlos en prisión antes que pasar a la historia como un estafador", cuenta Yvancos.

En la misma línea que siempre, los Ruiz-Mateos lo siguen negando todo e insisten en que están más unidos que nunca.

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