Éste sólo será el comienzo de una situación de incertidumbre en caso de que no se lleve a cabo el proceso de fusiones cuanto antes. Es, al menos, lo que piensan los expertos, el Banco de España y el propio sistema financiero. Catorce de las treinta y nueve cajas de ahorros -hay cuarenta y cinco- que han presentado los resultados anuales de 2009 registraron pérdidas en el último trimestre. Es decir, un tercio dejó de ser rentable como consecuencia de la realización de elevadas dotaciones contra la morosidad y llevó al sector a números rojos de 922,22 millones
Esta cifra es consecuencia, principalmente, de dos entidades: CCM, que fue intervenida hace un año, y CajaSur, que ha sufrido un fuerte deterioro de su balance como consecuencia de sus inversiones inmobiliarias. La primera ha aflorado un agujero trimestral de 133 millones, mientras que la segunda, según las previsiones analizadas en el consejo de administración, asume unos 600 millones.
Una influencia decisiva también ha tenido Caja Madrid, que obtuvo unas pérdidas de más de 350 millones de euros. La situación de la segunda caja española dista de las dos anteriores, pero su mayor problema es la morosidad, una de las más altas del sector, del 5,4%. Ante las estimaciones de un continuo crecimiento de los impagos, la entidad que hasta enero gestionaba Miguel Blesa -ha sido sustituido por Rodrigo Rato- sumó a la hucha contra las insolvencias, de manera voluntaria, casi 300 millones. Sin estos extraordinarios, aún así, la institución madrileña habría contabilizado 66 millones de pérdidas.
La mayor parte de las entidades que generaron números rojos en el último trimestre están inmersas en procesos de concentración, aunque las circunstancias varían de unas a otras. Así, por ejemplo, Unicaja decidió hacer una reserva para minimizar el impacto de la absorción de CajaSur. Otras, como la Inmaculada de Zaragoza, ha roto las conversaciones con otras cajas y va a intentar continuar su camino en solitario, al igual que la otra aragonesa. Ibercaja ha preferido curarse en salud y sacrificar la cuenta de resultados del ejercicio pasado.
Números negros, por los pelos
Hay otro grupo numeroso de cajas que apenas registraron beneficios -menos de un millón- en la recta final del año debido a las mismas causas: la morosidad y el deterioro de los activos inmobiliarios. De este grupo de siete entidades, que se mantiene en el equilibrio, cabe destacar Bancaja y Caixa Catalunya, tercera y quinta del sector por tamaño.
La cuarta, CAM, tampoco pudo presentar unas cuentas mucho más favorables. La alicantina obtuvo unas ganancias inferiores a los 4 millones de euros.
De las grandes cajas, sólo La Caixa obtuvo un número relevante: 100 millones. No obstante, la mitad del contabilizado en el mismo periodo de 2008.
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