Empresas y finanzas

Suicídese, por favor: ¿incentivó France Télécom a sus directivos para que consiguieran 22.000 bajas?

La teleco francesa incentivó a sus directivos para que 22.000 trabajadores abandonaran voluntariamente la compañía de telecomunicaciones, según el número de diciembre de la revista Vanity Fair. Y todo mientras la oleada de suicidios en la compañía conmociona al mundo.

En dicho artículo se asegura que los altos ejecutivos del operador de telecomunicaciones recibieron ofertas de incrementos salariales anuales de entre el 15 y el 40%, en función de los resultados conseguidos.

Entre los efectos colaterales de la controvertida política de recursos humanos se relacionan los 25 suicidios registrados por la compañía en el último año y medio.

Una privatización problemática

Los problemas proceden del origen público de la empresa. El Estado francés controlaba la compañía hasta 1997, año en que decidió privatizarla conservando una participación mayoritaria que ha ido reduciendo progresivamente hasta el 27% actual.

Sus empleados conservaron la condición de funcionarios, lo que, al depender de un consejo para el que prima la productividad y la rentabilidad, se convirtió en un problema. Para poner remedio al "exceso de personal" que había en la teleco francesa, se pactaron prejubilaciones y salidas voluntarias, pero no fueron suficientes. Al mismo tiempo, relata el reportaje de Vanity Fair titulado Suicídese, s'il vous plaît, France Telecom hacía frente a una elevada deuda, que en 2002 ascendía a 70.000 millones de euros.

Con la intención de reducir costes e incrementar los beneficios, en 2002 el presidente de la compañía, Didier Lombard, puso en marcha el denominado Plan Next (Nueva Experiencia de Telecomunicaciones). Éste albergaba un proyecto dirigido por Olivier Barberot, responsable de Recursos Humanos, en virtud del que se establecía que "cualquier cosa valía para que la gente se fuera".

Parte del sueldo

La revista explica que de esta forma se pretendía incitar a 22.000 trabajadores a que abandonaran la compañía, por lo que la hostigación se añadió como componente en los sueldos de los ejecutivos.

La remuneración de los directivos de France Telecom estaba relacionada con su habilidad para conseguir nuevas bajas en la plantilla. Sébastien Croizier, delegado sindical de la CFE-CGC, revela a la revista que "todos los jefes tienen entre sus objetivos la reducción de personal". "Si no lo consiguen, no obtienen la parte variable de su sueldo. No es una prima, forma parte de su trabajo", añade.

Como consecuencia de esta agresiva política, que un ejecutivo de la teleco gala califica como "la caza del hombre", miles de trabajadores se han visto afectados por cambios de trabajo, de competencias y de oficina en los últimos años. "Hace años que los sindicatos denuncian los estresantes métodos de trabajo y de organización, los constantes cambios de ubicación, de tarea, de residencia y la presión directa para estimular la prejubilación o el cambio de empresa", afirma el artículo.

"Invitando a que los trabajadores se vayan, se han suprimido 30.000 puestos y se ha cerrado una de cada tres sedes de la firma", añade Croizier a la publicación.

"No puedo más"

Sin embargo, el plan de Barberot ha tenido unas trágicas consecuencias inesperadas. Desde principios de 2008, nada menos que 25 personas decidieron poner fin a sus vidas debido a la presión que estaban sufriendo en sus empleos, y otras 15 lo intentaron.

"No puedo más Anne-Marie... Ya no me quedan fuerzas, he hecho todo lo posible para que me cambien de puesto...". De esta forma, Jean-Michel ponía sobre aviso a una de sus compañeras de lo que estaba a punto de hacer. Poco después, se quitaba la vida dejándose arrollar por un tren. Según describe la revista, Jean-Michel, padre de tres niños, había sido obligado a reconvertirse en operador telefónico, una labor para la que no estaba formado.

Y es que muchos de los trabajadores que se suicidaron han culpado de forma directa a France Telecom de la decisión tomada. "Por supuesto, mi jefe no sabe nada pero seré la empleada número 23 que se suicida. No acepto la nueva reorganización del servicio", indicaba Stephanie, de 32 años, en el mail de despedida que envió a su padre antes de saltar por la ventana.

Hasta el momento en que fue escrito el artículo, en las oficinas France Telecom todavía trabajan 65.000 funcionarios, que la firma mantiene porque no puede despedir. Y por ahora, la cifra se mantendrá: el pasado mes de octubre, Barberot anunció que se congelaban todas las reestructuraciones hasta el 31 de diciembre de este año.

Por su parte, el Gobierno francés se ha implicado estrechamente en intentar controlar la ola de suicidios.

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