
Una de las princiaples características del tejido empresarial español es el tamaño medio de sus empresas, inferior a la media europea. Tal es así, que según datos de la Comisón Europea, el 40,5% del empleo se concentra en microempresas -de menos de 10 trabajadores-, un porcentaje que es 11,3 puntos porcentuales superior a la UE.
Sin embargo, la pervivencia de este sector es volátil. Se crean empresas a un ritmo similar al de otras economías europeas, pero muchas son muy pequeñas, un porcentaje mayor cierra pronto y otras no generan empleo adicional, según el cuarto número del documento Esenciales de Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie). Así, un 61% de los proyectos de las empresas sin asalariados no llegan a los cinco años de vida, frente al 48% en Francia, el 54% en Italia o 58% en Reino Unido.
Pérdida de empleados
Por otro lado, la mayoría de las compañías que nacen pequeñas carecen de los recursos humanos y financieros adecuados para alcanzar tamaños que les permitan aprovechar economías de escala y ser más productivas, según revela el documento del BBVA y el Ivie.
Además, con el paso de los años, en las micro y pequeñas organizaciones se destruye un porcentaje mayor de los puestos de trabajo que inicialmente se crearon, lo que frena su crecimiento y su contribución al empleo en nuestro país.