La Cámara de Comercio y el Gremio de Hoteles de Barcelona reconocen que la crisis política catalana pasa factura al turismo. A ello se suma la encuesta del INE que refleja que el gasto turístico cae en Cataluña, al tiempo que crece en el resto de España. Se trata de avisos que, desde luego, no deben minusvalorarse.
Especialmente porque afectan al turismo de calidad, que es el más rentable para la comunidad, ya que son los visitantes que más gastan. De ahí que de cara a la celebración del nuevo año chino, que es el visitante que más dinero deja en compras, sería conveniente terminar con la inestabilidad política que reina en Cataluña. Máxime cuando el procés ya ha demostrado su capacidad para atentar contra el turismo de calidad.
